Hace unos años fue un tremendo escándalo la medida que tomó el gobierno brasileño para tratar de contener la delincuencia y la violencia en las favelas de Río de Janeiro. Ellos decidieron usar al Ejército para que se metiera en los barrios de esa inmensa ciudad e impusiera la ley. Hubo arrestos, también muertos, pero desde entonces se ha repetido la operación cada vez que lo consideran necesario. Al final, sin hacerle caso a las críticas, Río de Janeiro logró “pacificar” efectivamente muchos de sus barrios.
En esta semana el oeste de Caracas ha padecido días de guerra. No solamente eso, sino que ya con más descaro los integrantes de la banda del trío el Coqui, Vampi y Garbis han sometido a la población de urbanizaciones como El Paraíso, Roca Tarpeya, la avenida Nueva Granada, Puente Hierro, La Vega, y la propia Cota 905 a encerrarse en sus casas. Nadie entra ni sale. Al que se le ocurre aventurarse por calles, avenidas o autopistas que crucen esas áreas está expuesto a morir por una bala perdida.
Aunque no solo están en peligro los transeúntes, también los residentes. La cuenta de al menos 3 muertos y 13 heridos se suma a los desmanes de este grupo de delincuentes que sabe que no tiene quien les ponga freno. El Ministerio de Interior del régimen lo que hizo al principio fue alertar a la población: “¡No vayan para El Paraíso! ¡Resguárdense en sus casas!”. Esa fue su primera reacción. ¿Qué tipo de autoridad se esconde detrás de un escritorio y solo usa las redes sociales para alertar que los malandros están disparando a diestra y siniestra sin hacer nada efectivo para controlarlos?
Un día después de que murieran personas inocentes es que la ministra ordena a la policía que trate de contener al Coqui y sus maleantes. ¡Pero si los policías han probado demasiadas veces que no pueden con ellos! Ya este problema es demasiado grave como para no reunir a las autoridades policiales y militares y trazar una estrategia que le ponga punto final a la supremacía de estas bandas. Y no pueden decir que no tienen ejemplos que pueden estudiar y aplicar, porque ya hablamos de Río de Janeiro. Hay muchas otras ciudades que han tenido éxito en la reducción de la violencia, como Medellín, en Colombia. ¿Qué esperan?
Dicen que el tiroteo es porque los malandros se molestaron porque en El Valle (que también controlan) hirieron a uno de ellos. Este es el resultado de darles a estos delincuentes todo tipo de ventajas. El régimen fue el que alimentó este monstruo y ahora le tiene pavor. ¿El resultado? Caracas está dividida de la peor manera. Los que viven en el oeste deben responderle al Coqui por sus acciones. Si no le gustan, lo matan, como al comerciante de La Vega.
Los que viven del otro lado tienen que rezar para que algo suceda, pues está visto que este asesino lo que quiere es controlar toda el área metropolitana. Y parece que puede más que el usurpador de Miraflores, porque cada día crece su dominio y hace acuerdos con otras bandas. Al final, ¿le arrancará el gobierno a los alcaldes? ¿Impondrá su voluntad? ¿Será eso lo que quiere?
Y mientras tanto, por las redes sociales seguirán corriendo los videos de los policías asustados, dispersos, sin armamento adecuado, sin protección y sin entrenamiento para contener a unos delincuentes que han probado que llevan todas las de ganar. Al final, ¿gobernará el más malo?
Editorial de El Nacional