Gracias a los anuncios sobre cremas para la piel todos sabemos que existe el ph pero casi nadie tiene claro qué es exactamente y cómo afecta a nuestra dermis.
El ph es básicamente una sustancia que delimita la cantidad de acidez o suavidad de un elemento. En el caso de la piel resulta útil para conocer qué productos de higiene o belleza son más adecuados y cuáles pueden hacernos daño.
Beneficios del ph
Ph es en realidad el diminutivo de las palabras latinas “pondus Hydrogenium”, es decir, el peso del hidrógeno. Cuando este elemento actúa en la superficie de nuestra piel se transforma en una capa superficial conocida como “manto ácido”.
Esta película, sensible y liviana, actúa como un potente protector natural que evita que tanto bacterias, como virus y hongos accedan a nuestro organismo a través de los poros. Es al mismo tiempo el principal protector de la flora normal de la dermis, que promueve un balance entre la posible resequedad y los excesos de grasa cutánea.
¿Qué valores tiene que tener la piel?
Para que este “manto” mantenga esas condiciones, es fundamental que su nivel alcalino se mantenga equilibrado entre los 5.5 y los 5.9 grados. Los especialistas a la hora de medirlo utilizan una escala que va desde cero, nivel que indica una acidez extrema de los componentes a 14, que es abrasivo. 7 es neutral.
Como hemos dicho la cifra ideal de ph es 5.5, si aumenta o disminuye en algún momento supondrá el surgimiento de una enfermedad como el prurito o la dermatitis.
Consejos mantener un ph saludable
Destina un tiempo para relajarte: el estrés produce vasoconstricción de los capilares y disminuye el riego sanguíneo de la piel, lo que al mismo tiempo induce al desequilibrio del ph. Si te estresas fácilmente lo más indicado es que cada día dediques unos minutos a realizar ejercicios de relajación.
En la ducha evita enjabonarte más de una vez y limita el uso de esponjas con fibras demasiado ásperas.
No te duches con agua demasiado caliente porque podrian desintegrarse algunas moléculas del manto ácido, y esto propiciaría una excesiva resequedad.
Si te expones al sol aplícate crema solar, su radiación provoca que el manto ácido eleve sus niveles y pierda alcalinidad.
Procura utilizar prendas confeccionadas en algodón, las de fibras sintéticas favorecen la sudoración de la piel y eso estimula la acidez del ph.
Intenta dormir una media de seis a ocho horas al día, la actividad reparadora del sueño por la noche repercute en la piel.
Protege tus manos con guantes cuando laves los platos, pintes o utilices productos desengrasantes.
Practica ejercicio físico moderado al menos tres veces por semana, así activarás la circulación sanguínea y linfática, que al mismo tiempo propicia la formación de antioxidantes.
La piel mantiene el equilibrio en sus niveles de acidez cuando está hidratada por lo que es recomendable beber a diario al menos dos litros de agua.
Cuida de tu cabello utilizando champúes con un ph 5.5. Usa también lociones hidratantes y cepíllate a diario con un cepillo de cerdas suaves.
La dieta también influye en nuestro ph por lo que debes cuidarla e incluir en tus comidas alimentos como el pescado azul, zanahorias, nueves, almendras, aceitunas, avena, fruta y verdura.
Fuente: caracterex.mx