El hambre emocional es una patología que muchos sufrimos y que consiste en comer no por hambre real, sino porque nos sentimos mal. Comemos para olvidarnos de los problemas que nos están atormentando, por ansiedad, pero el resultado final es que tras la comilona nos sentimos peor. ¿Qué puedes hacer si tienes hambre emocional?
Identificar el hambre emocional
Es importante distinguir el hambre emocional del hambre física. Para ello, hay ciertas características que debes conocer. Por ejemplo, este tipo de hambre viene de repente, sin más, y además tiene una serie de alimentos preferidos. Otra de sus cualidades es que, aún pese a sentirte llena, nunca se satisface con nada, sino que incluso puede hacerte sentir peor.
Si tienes sentimientos de culpa por comer y además no tienes un hambre que se note en el estómago, es muy probable que estés sufriendo de hambre emocional.
Combatir el hambre emocional
Combatir el hambre emocional no es una tarea fácil. De hecho, es bastante compleja. Una vez que somos conscientes de lo que sufrimos, debemos convencernos a nosotros mismos de que la solución no es la comida. Pueden ayudarte actividades que te mantengan entretenida, u otras que te hagan sentir despreocupada.
Lo más importante para ponerle fin a esta patología del hambre emocional es precisamente darse cuenta de que tenemos un problema, para luego tomar las medidas para solucionarlo. Si no eres capaz de hacerlo por ti misma, lo mejor es que consultes con un profesional que te ayudará con un plan de acción. Puedes encontrar otros consejos en este artículo sobre cómo evitar los ataques de hambre.
Fuente: iMujer