Tekmira y Biocryst son las empresas que más se han beneficiado en Bolsa tras la propagación de la enfermedad
El fallecimiento de Miguel Pajares a pesar de habérsele sometido al tratamiento con el ZMapp ha enfriado algo la confianza del mercado
Una de las señas de identidad que distinguen a los mercados bursátiles del resto de mercados es que los primeros son tan sensibles a la ley del miedo y de la euforia como a la ley de la oferta y la demanda. Esta situación resulta notable en los momentos en que se produce cierta alarma social o incluso histeria colectiva. Ambos fenómenos se juntan en el actual brote del virus Ébola.
La escalada de esta pandemia ha provocado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declare que el brote se encuentra sin control. Empresas como SIGA Technologies, GlaxoSmithKline, Mapp biopaharmacuetical, Biocryst, Tekmira o Sarepta son farmacéuticas de tamaño mediano en el sector pero están alcanzando gran notoriedad gracias a que tienen abiertas líneas de investigación para combatir esta enfermedad. Sus avances, por pequeños que sean, se traducen en abultadas revalorizaciones bursátiles en el contexto actual.
Tekmira y Biocryst disparadas
Si hay una empresa que está sacando tajada en bolsa del miedo que suscita el Ébola esa es sin duda la canadiense Tekmira. Esta farmacéutica experimentó el pasado lunes su mayor subida en bolsa desde octubre de 2008 con una revalorización de sus acciones del 45% en un día, cuando el organismo regulador de EE.UU de alimentos y medicamentos señaló que el tratamiento experimental que estaba ensayando esta compañía podría empezar a experimentarse con los seres humanos. La euforia se prolongó la sesión posterior, con lo que en dos días la empresa experimentó una revalorización del 71,2%.
Tekmira experimentó el pasado lunes su mayor subida en bolsa desde octubre de 2008 con una revalorización de sus acciones del 45% en un día
Sin embargo, el reciente fallecimiento del misionero español Miguel Pajares a pesar de habérsele sometido al tratamiento con el ZMapp, el medicamento experimental que actualmente ha dado mejores resultados para combatir el Ébola, ha enfriado la confianza del mercado. A esto se une al varapalo sufrido en el parqué por esta compañía al presentar unos resultados correspondientes al segundo trimestre del año peores de lo esperado. En cualquier caso aquellos inversores que hayan entrado a corto plazo comprando sus acciones durante las sesiones en que se ha disparado la histeria colectiva, han podido obtener importantes réditos.
Otra compañía cuya cotización se ha subido a lomos de la alarma generada por el Ébola es Biocryst. Se encuentra desarrollando el BCX4430, que es un antiviral de amplio espectro para las fiebres hemorrágicas. La compañía planea desarrollar estos compuestos en colaboración con las agencias del gobierno de Estados Unidos. Este medicamento, cuyos primeros ensayos empezaron en noviembre de 2012, tuvo su eco en la revista científica Nature cuando mostró su eficacia en animales no humanos ni primates. De esta forma, cuando a mediados de julio las alarmas sobre el brote del Ébola empezaron a sonar, las acciones de esta compañía iniciaron una escalada que aún dura.
Una vieja historia
Que una empresa se dispare en Bolsa a raíz del miedo que provoca una determinada enfermedad no es para nada algo nuevo. El precedente más próximo se vivió en 2009 con la gripe porcina. En ese caso las empresas que sacaron tajada de la situación fueron la suiza Roche y la británica GlaxoSmithKline, sendas fabricantes de Tamiflú y Relenza, los fármacos que la OMS consideró como los indicados para combatir esa enfermedad. Por aquél entonces, antes de la eclosión vírica, el escenario para ambos gigantes era complicado, por no decir dramático, con caídas en Bolsa superiores al 8% en el caso de Roche y con una recesión del 1,5% en el beneficio de GlaxoSmithKline durante el primer trimestre del año en curso, a la mala situación de su sector se unía el hecho de que la economía mundial había entrado en recesión por primera vez desde los años 30.
Pero llegó la gripe y el panorama sufrió una transformación radical. Cuando el 24 de abril de 2009 la noticia empezó a circular, ambas farmacéuticas tuvieron su primer despegue en las bolsas después de varios ejercicios en números rojos. Pero fue después del fin de semana, el día 27, cuando la palabra pandemia aparecía en todos los medios de comunicación, cuando la cotización de las dos empresas se disparó. La semana estabilizó esa situación de bonanza hasta cerrar los mercados el jueves con un acumulado superior al 6%. Al otro lado del mundo, en Australia, la también farmacéutica Biota Holdings, que otorgó a GlaxoSmithKline la licencia del Relenza, se anotó un aumento del 81,6% en su cotización en una sola sesión bursátil.
EDUARDO SERNA
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