Están sobre la mesa el alivio de las sanciones contra PDVSA y las elecciones presidenciales de 2024
El lunes se confirmó el reinicio de las negociaciones entre el Gobierno de Venezuela y el sector de la oposición agrupado en la Plataforma Unitaria, según detalló la delegación diplomática de Noruega en México, que luego fue replicado por las dos equipos negociadores en sus cuentas de X.
El formato, instalado en agosto de 2021 en la Ciudad de México, se planteó como objetivo alcanzar un acuerdo para destrabar la situación política y económica en el país suramericano, con la facilitación del Reino de Noruega, al tiempo que Países Bajos y la Federación de Rusia fungirían como garantes del proceso.
Problemas y exigencias
Pese a la buena voluntad expresada por las partes, en dos años las conversaciones no han avanzado en temas sustantivos y apenas se han cumplido algunos de los puntos de los documentos suscritos por las partes, principalmente por las trabas impuestas por Washington para la liberación de los recursos del Estado venezolano, confiscados en entidades financieras estadounidenses.
Desde la Casa Blanca respondieron al mandatario con una amenaza: mantener «intacta» su política de sanciones y bloqueos, hasta tanto no se dieran «pasos concretos» hacia lo que desde Washington consideran «el regreso a la democracia» de la nación suramericana.
Ante la falta de concreciones, el 10 de marzo, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y jefe de la delegación del Ejecutivo en el diálogo, advirtió que solo regresarían a la mesa si EE.UU. levantaba incondicionalmente las sanciones y bloqueos financieros, liberaba al diplomático Alex Saab –encarcelado irregularmente en Florida bajo acusaciones de lavado de activos– y devolvía a las autoridades venezolanas el control de todas los recursos del Estado retenidos fuera de sus fronteras.
Motores electorales
Así, aunque la Comisión encargada de organizar la consulta solicitó apoyo técnico al Consejo Nacional Electoral (CNE), luego no estuvo dispuesta a seguir los lineamientos del árbitro, demandó garantías que están fuera de su competencia y se decantó por un proceso autogestionado opaco y con escasas garantías para los electores.
Además, en las últimas jornadas, varios aspirantes se han bajado de la lista con distintos argumentos. La lista incluye al dos veces candidato presidencial Henrique Capriles Radonski, al dirigente socialcristiano Roberto Enríquez y a Freddy Superlano, abanderado del partido ultraderechista Voluntad Popular, al que también pertenecen Juan Guaidó y Leopoldo López.
La que se mantiene en la carrera es la ultraderechista María Corina Machado, sobre quien pesa una inhabilitación de 15 años para el ejercicio de cargos públicos y sigue sin estar claro cuál sería el camino a seguir para reemplazar su candidatura, si la restricción no es levantada.
La semana previa, Reuters reportó que desde hace varios meses, Catar ha acogido reuniones con representantes de Venezuela y EE.UU. para reinstalar el diálogo. Y si bien se afirmó que las dos delegaciones han concurrido a Doha por separado, trascendió que el alivio de las coerciones sobre Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) fue un tema de conversación.
La oficial Agencia Venezolana de Noticias (AVN) informó la semana pasada que en los encuentros de Catar se negoció «la autorización a una empresa petrolera francesa para recibir crudo venezolano como pago de deuda». Se trataría de la francesa Maurel & Prom.
En adenda, a principios de octubre, los dos países acordaron un protocolo para la repatriación «ordenada y segura» de venezolanos que ingresaron irregularmente a EE.UU., sin que ello implicara el fin de otras iniciativas como el ‘Parole’, que es un permiso que permite mantenerse en ese país.
Historial de fracasos
En 2017, representantes del Gobierno venezolano y la coalición opositora derechista se sentaron varios meses en República Dominicana para discutir la normalización del país tras meses de protestas violentas alentadas y financiadas por esa facción política, en interés de derrocar al mandatario.
Este fracaso tuvo una enorme incidencia sobre el devenir político de Venezuela en el siguiente lustro. El bloque decidió no concurrir a los comicios presidenciales de ese año alegando –sin pruebas– falta de garantías electorales y ese hecho fue usado como excusa por la Administración de Donald Trump para imponer severas sanciones contra PDVSA y luego apuntalar el pretendido Gobierno interino de Juan Guaidó.
Luego de dos años y tras intensas negociaciones fuera del ojo público, las partes volvieron a verse las caras en la Ciudad de México en medio de grandes expectativas, pues al proceso se le atribuyó un carácter definitorio, en parte porque era evidente que la estrategia de cambio de régimen impulsada por Washington había fallado y la oposición extremista se había quedado fuera del tablero político local, al no presentar aspirantes a las elecciones legislativas celebradas en diciembre 2020.
¿Qué esperar?
A contrapelo de los reportes aparecidos en los últimos meses, este lunes, un funcionario estadounidense que habló con The Washington Post bajo condición de anonimato, sostuvo que las «conversaciones clave son entre la oposición y Maduro».
Sobre ese encuentro en Bridgetown, el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU, Matthew Miller, escribió en sus redes que la reanudación de las negociaciones en Barbados «es un paso importante hacia elecciones presidenciales competitivas en 2024».
El lunes, no obstante, Maduro cargó contra las personas que sacan «falsas filtraciones» de las supuestas negociaciones en los medios, porque consideró que le están «metiendo una puñalada por la espalda» a las conversaciones, negociaciones y acuerdos «que ya se han firmado».
«Soy un hombre de palabra y si vamos a conversar y hemos llegado a acuerdos, yo no puedo tratar de filtrar información y sacarla por la zurda, mintiendo, manipulando, porque estás rompiendo el acuerdo, estás dañando el acuerdo, estás embasurando el acuerdo», recalcó el mandatario.
En esa línea, adelantó que su administración jamás avalará «ninguna ilegalidad». «Las instituciones de Venezuela se respetan, la ley de Venezuela se respeta, la Constitución de Venezuela se respeta y el fascismo en Venezuela, no pasará. Solo le digo a la mentira: no te vistas que no vas.
El eventual triunfo de Machado en la consulta interna de la oposición, el venidero 22 de octubre, introduce dos incógnitas: qué pasará con la inhabilitación que le fue impuesta por la Contraloría, en razón del aparente uso fraudulento de fondos públicos, y si retrocederá en su abierta hostilidad hacia el ente electoral.
Ninguna de sus declaraciones públicas hacen suponer que se bajará de la carrera presidencial y, antes bien, analistas sugieren que aceptó medirse en la consulta interna para legitimarse como líder de la oposición extremista y conseguir una posición similar a la que en su día ostentó Guaidó.