La explosión mercadológica de las novelas eróticas y una mayor libertad en temas de sexualidad, ha ocasionado que las parejas tomen la decisión de experimentar fantasías sadomasoquista, ya sea con el objetivo de probar o de devolverle el “fuego” a la relación.
Una fantasía sadomasoquista es aquella en donde existen dos o más personas llevando a cabo papeles o roles de dominio/sumisión o ambos, ésta puede incluir o conjugar juegos en donde exista sujeción (con correas, esposas, vendas, cuerdas y listones) dolor (nalgadas, azotes) actitudes de disciplina (reglas a seguir con el consecuente premio o castigo de llevarse a cabo o no) y juego de roles”, señala la sexóloga Mayra Pérez.
¿El límite de la pasión?
Una vez que se ha establecido con la pareja, lo permitido y no, es necesario iniciar, pero esto debe ser de forma paulatina. Por ello te demos 3 movimientos para que lo logres sin daños a tu salud ni relación.
1. Despierta los sentidos. Toma un par de pañuelos o camisetas viejas y ata las manos de tu pareja a la cama o a una silla. Los nudos deben ser suficientemente apretado para restringir el movimiento, pero fácil de romper. A continuación, cubre sus ojos y empieza la exploración de sus zonas erógenas. Que sea consiente con cada uno de sus sentidos.
2. Golpéalo. Glúteos. Primero realiza un toque con la palma de la mano abierta. Acarícialo, ve descubriendo sus zonas más frágiles; posteriormente, da unos pequeños golpes e intensifica la fuerza paulatinamente. Es muy importante que escuches a tu pareja para evitar que puedas realizarle un daño.
3. Un nivel más. Acuéstate sobre la cama, bocarriba y permite que tu pareja tenga total control sobre tu cuerpo y el placer de ambos. Aquí el compañero puede emplear diversos juguetes sexuales: esposas, vibradores, plumas.
Más allá de ser una fantasía y una forma de llegar al placer, el sadomasoquismo pone a prueba diversos aspectos de la naturaleza humana: la fuerza, confianza, dolor, autocontrol y deseo.
Recuerda que en la sexualidad todo está permitido, siempre que exista respeto y confianza en la pareja. ¡Cuídate!
Fuente: Salud180
