Las reformas económicas, tímidas pero resueltas, avanzan en Cuba. El Gobierno acaba de anunciar la privatización de los baños públicos y entregó su administración a la tenue iniciativa privada, encuadrada en una nueva categoría de trabajo por cuenta propia, los ‘encargados de los baños’.
El decreto oficial, publicado en La Habana por la ‘Gaceta Oficial’, establece incluso la tabla de precios que deberá ser aplicada, divide a la ‘industria’ de los baños públicos en cinco categorías y obliga a la firma de contratos de dos páginas entre el nuevo arrendatario del negocio y el estado.
Usar uno de los baños públicos pasará a costar 1 peso cubano, lo equivalente a 4 centavos de dólar al cambio oficial, pero podría ser más caro si el cliente quiere disponer de servicios adicionales como el perfume, talco, cosméticos, jabón y duchas, cuyos precios serán establecidos por el viejo mercado de la oferta y la demanda, establece la resolución 512/2013 firmada por el ministro de Economía y Planificación, Adel Yzquierdo Rodríguez.
Pero si en el papel todo parece organizado, el problema es poner en marcha la nueva industria que, a todas luces, va a sufrir el embiste de la burocracia oficial. Así, de acuerdo con la resolución, antes de comenzar a operar los baños, los especialistas de los servicios municipales deben analizar con los encargados actuales cuáles están en condiciones de ser privatizados y establecer las potenciales ganancias, en aras de crear las cinco categorías en que serán ubicados a los efectos de Hacienda.
El primer aspecto a determinar, establece la resolución, es el número de potenciales clientes que utilicen las instalaciones sanitarias y la cantidad de dinero recaudada, sea por el uso del baño público en sí o alguno de los servicios adicionales. En función de estos resultados, se decidirá el precio del alquiler que los nuevos dueños deberán pagar al estado y establecer los impuestos a pagar. De todos modos, de momento, los potenciales dueños no tendrán que preocuparse de este último detalle porque durante el primer año, «como un estímulo para garantizar el mantenimiento, la restauración e higienización del baño» no se cobraran impuestos, explicó el ministro cubano.
Una vez determinado el número de potenciales clientes, los baños públicos serán divididos en cinco categorías: aquellos que recauden menos de 69 pesos cubanos al día estarán en la categoría más baja y los que superen los 259 pesos diarios se ubicarán en la categoría más alta. A partir de entonces, el estado pasará a cobrar 500 pesos al mes por el alquiler de los baños en la categoría más alta, o sea, los más frecuentados, mientras aquellos con menor clientela pagaran únicamente 20 pesos mensuales.
Nadie sabe a ciencia cierta cuántos baños públicos hay en Cuba, ya que su construcción nunca constituyó una prioridad para el Gobierno en los últimos 50 años. Sin embargo, varias fuentes en la capital cubana dijeron a ELMUNDO.es que en los últimos meses han florecido instalaciones improvisadas construidas arriba de carretas y camiones, que sirven esos propósitos. También, se han habilitado portátiles de plástico en las esquinas que, normalmente, son usados durante las fiestas populares, como los carnavales.
Fuente: Panorama