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Privados de libertad son tratados por personal sin preparación

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Privados de libertad son tratados por personal sin preparación

Algunos piensan que una cárcel perfecta es aquella que ven en una película, y que esas deberían ser implementadas en Venezuela, pero para los especialistas en materia penitenciaria y defensores de los Derechos Humanos, el mejor modelo del mundo en recintos penitenciarios lo tiene Venezuela, solo que el Estado ha permitido que se distorsione.

 

Los directivos y cuerpos de seguridad que están a cargo de los penales han caído en la corrupción. Dejando que los privados de libertad tomen el control de los recintos; aquellos centros que han pasado a ser controlados por el Ministerio de Asuntos Penitenciarios, ahora les están aplicando un régimen militar que no contribuye con la reinserción del recluso.

 

Humberto Prado, director del Observatorio Nacional de Prisiones y Carlos Nieto, coordinador general de Una Ventana a la Libertad, coinciden al pensar que si el Estado cumpliera lo que expresa la Constitución de la República y la Ley de Régimen Penitenciario, las cárceles venezolanas tendrían otra historia.

 

Nieto expresa que no encuentra lógica en el actual régimen al que están sometiendo a los internos, porque lo que hacen es «rasparles el coco”, le colocan uniformes y los ponen hacer orden cerrado todo el día.

 

«Quieren convertir las cárceles en cuarteles y se olvidan que son centros para reeducación, donde se tiene que hacer cultura, deporte y educación. Este modelo es un fracaso, están implementándolo como si ellos fueran soldados”, enfatizó Nieto.

 

El coordinador de Una Ventana a la Libertad, expresa que aunque tenemos el mejor modelo penitenciario en Venezuela, se debe adaptar a la realidad que se está viviendo en el país, ya las cárceles están tan distorsionadas que es difícil que un interno se adapte al modelo militar, en donde tienen poca comunicación con la familia, siendo un gran error, pues según el especialista, este es un eslabón fundamental para la reinserción de una persona.

 

Leyes violentadas

 

Artículo 6: Las disposiciones de la presente Ley, serán aplicadas a los penados sin diferencias ni discriminación alguna, salvo las derivadas de los tratamientos individualizados a que sean sometidos.

 

Se prohíbe someter a los penados a tortura y a cualquier clase de trato cruel, inhumano o degradante, así como el empleo de medios de coerción que no sean permitidos por la Ley.

 

Artículo 9: Los penados serán clasificados conforme a los principios de las disciplinas científicas que orientan la organización de regímenes penitenciarios. Se tomarán en cuenta principalmente el sexo, edad, naturaleza y tipo del delito.

 

Artículo 15. El trabajo penitenciario es un derecho y un deber. Tendrá carácter formativo y productivo y su objeto primordial será la adquisición, conservación y perfeccionamiento de las destrezas, aptitudes y hábitos laborales con el fin de preparar a la población reclusa para las condiciones del trabajo en libertad, obtener un provento económico y fortalecer sus responsabilidades personales y familiares.

 

Artículo 27. La higiene ambiental y la de los locales e instalaciones, el aseo personal y la urbanidad en los distintos aspectos de la vida penitenciaria, son parte integrantes de los tratamientos, con la finalidad de crear en los reclusos, hábitos de sana convivencia.

 

Estos cuatro artículos fundamentales de la Ley de Régimen Penitenciario expresan cómo debe ser el trato hacia los internos y, según Humberto Prado, director del Observatorio Nacional de Prisiones, el Estado los viola y pisotea, aun cuando son leyes que ellos mismos han creado.

 

Manifiesta el defensor de los Derechos Humanos que las clasificaciones son a dedo, o donde tengan espacio o inclusive en donde el «pran” del penal lo permita, en cuanto a los tratos crueles tienen denuncias de los familiares que son golpeados constantemente, insultados y amenazados. El trabajo no es para todos, son los familiares quienes tienen que llevar los materiales y en ocasiones hasta deben cancelar una cuota para que lleguen a manos del interno.

 

Ninguna de las instalaciones carcelarias presentan condiciones adecuadas, porque todas se encuentran sobrepobladas, el servicio de agua no es constante y la alimentación no es sana, uno de los principales problemas de salubridad que presentan los reos son enfermedades de piel, gastroenterológicas y respiratorias.

 

De acuerdo con Prado, la Ley indica que son los jueces quienes tienen que estar pendientes de las sanciones que se imponen en los recintos penitenciarios y que los privados cuando acudan a los Tribunales lo deben hacer con su vestimenta y no con el uniforme. El 90% de estas leyes son violadas o aplicadas a su manera.

 

Sin capacitación

 

Pedro Troconis, abogado penalista y quien a diario convive con privados de libertad, ve la situación distinta. A su juicio, el régimen impuesto es positivo porque el hacer orden cerrado les enseña a estas personas a tener disciplina y espera que se mantenga ese control y no empiece a viciar como en años anteriores.

Otros de los aspectos positivos que observa en Lara, es la separación de las personas que han sido penadas, de las que actualmente son procesadas. Troconis piensa que las leyes se adaptan a los requerimientos, pero son los jueces y los fiscales quienes no la acatan. «El Estado para solventar un problema crea una ley que deroga a la otra, pero el asunto está en que se desconocen o no se cumplen”, enfatizó el penalista.

 

Por otra parte, aseguró que los ministerios y el Poder Judicial están llenos de personas sin capacidad ni formación, porque los gobiernos de turno asignan cargos a dedo sin medir el daño que le hacen al país.

 

«La persona que maneje un centro penitenciario, no puede ser cualquiera. Tiene que tener experiencia a través de una preparación diaria, tiene que poseer calidad humana, tener mucho temple para la disciplina, un carácter fuerte. Además de ser evaluados y elegidos por profesionales”, destaca Troconis, quien asegura que las cárceles son manejadas como unas bodegas.

 

Los tres especialistas coinciden al expresar que el éxito de la gerencia de un penal, está en sus directivos y la orientación que da el Ministerio de Asuntos Penitenciarios, que hasta ahora no ha demostrado mayor avance.

 

Escrito por Karina Peraza Rodríguez

EL IMPULSO

 

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