Llevan meses coqueteando y todo parece indicar que van tener su primer encuentro sexual. Antes de lanzarte y quitarte la ropa ante tu nuevo galán, averigua si realmente arderá la pasión bajo las sábanas.
Observa cómo te besa y te acaricia. ¿Cuándo te besa te succiona hasta las amígdalas con la lengua, o apenas te toca los labios? ¿Te recorre el cuerpo con sus manos o te agarra como un niño agarra un peluche? Checa todos estos detalles y valora si su jugueteo va con tu estilo; eso es un indicio de su personalidad sexual.
Pone atención a tus necesidades. Si cuando le platicas tus cosas, tus gustos y preferencias te pone atención y no es necesario que le repitas un millón de veces que a ti no te gusta el pastel de tres leches, seguramente te hará caso cuando le digas cómo complacerte en la cama. Su capacidad para poner atención a tus gustos te da una idea de lo concentrado que estará en ti en la cama.
Que el deseo sea el que hable. Mientras analizas para valorar si merece la pena tener un encuentro sexual con él, escucha lo que tu cuerpo te dice de manera primitiva. ¿Se te acelera el corazón de sólo imaginarlo sin ropa? ¿Sientes un deseo casi incontrolable por él? Si respondes que sí, vale la pena lanzarte.
¿Qué tan cómoda estás ante su presencia? ¿Puedes ser tú misma cuando estás con él? ¿Te atreves a decirle detalles como que ese día te sientes triste porque te bajó? Si quieres tener una gran experiencia en el sexo, asegúrate de que te sientes cómoda desnudando tu mente antes que tu cuerpo. Entre más cómoda y segura te sientas con él, habrá más confianza y menos inhibición, algo que es básico a la hora de tener un encuentro bajo las sábanas.
Fuente: Veintitantos
