Este lunes el presidente Juan Manuel Santos, reiteró su disposición de solucionar la crisis con el gobierno venezolano a través de la vía diplomática. Sin embrago, advirtió que esta decisión no puede ser interpretada como un signo de debilidad, sino como una forma civilizada de resolver conflictos.
“Actuar con firmeza no quiere decir quien grita más duro. Hay que combinar la firmeza y usar los procedimientos de la diplomacia, que es como se deben resolver los problemas entre naciones civilizadas. Colombia seguirá firme defendiendo sus intereses y derechos de sus ciudadanos”, dijo el jefe de Estado durante la presentación del balance de la gira ‘Estamos Cumpliendo’ cumplida este lunes en la Casa de Nariño.
Santos recordó que la primera medida adoptada fue el diálogo directo entre las cancilleres. “En ese diálogo no se logró nada. Acto seguido elevamos una queja por los abusos y maltratos a nuestros connacionales, pero tampoco fueron escuchadas y se dijo que era un invento de los medios de comunicación. El paso siguiente fue llamar a consultas al embajador y ahora estamos en el siguiente nivel. Pedimos a instancias multilaterales (OEA y Unasur) a que intervengan”.
Según cifras del gobierno colombiano, un millar de sus compatriotas fueron deportados en los últimos días y más de 6.000 regresaron a su país espontáneamente por temor a serlo y quedar separados de su familia y perder sus pertenencias.
A pedido de Colombia, la crisis generada tras el cierre de parte de la frontera ordenado por Maduro se tratará este lunes en Washington en el consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), y el próximo jueves en una reunión extraordinaria de los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en Quito.
“Lo que el gobierno nacional quiere es mostrar e informar este maltrato del cual han sido objeto los deportados, las personas que han salido de Venezuela forzadas, por temor, por miedo, y básicamente que haya una declaración en cuanto al tratamiento de los distintos migrantes”, indicó el domingo la canciller colombiana María Ángela Holguín.
La tensión entre Bogotá y Caracas comenzó el 19 de agosto con el cierre de algunos pasos fronterizos, y el posterior estado de excepción decretado por Maduro tras un ataque a militares venezolanos durante una operación anticontrabando en el estado venezolano de Táchira, y que el mandatario atribuyó a “paramilitares colombianos”.
La crisis se profundizó el jueves, cuando ambos países llamaron a consultas a sus embajadores en medio de denuncias de violaciones de derechos humanos de los damnificados.
Maduro, quien partió el sábado hacia China y Vietnam en busca de apoyo financiero para su país, anunció el viernes el cierre de un segundo sector de la frontera con Colombia en el estado Táchira.
Fuente: NAD