El presidente filipino Rodrigo Duterte ordenó a la policía detener a las personas que no lleven la mascarilla correctamente, incluidos a los que la mantengan por debajo de la nariz, en un momento en que su país tiene dificultades para contener un brote de coronavirus.
El jefe de Estado lanzó esta nueva directiva después de una reunión del grupo de trabajo sobre la covid-19, según un video transmitido por sus servicios el miércoles por la noche, y en el que se ve que todos llevan la máscara, excepto él.
En Filipinas, miles de personas han sido sancionadas por violar las normas establecidas para luchar contra la enfermedad desde que se reforzaron las restricciones en la capital y las provincias vecinas, a finales de marzo, debido a un brote de casos.
El ministro de Justicia y el jefe de la policía instaron a los agentes a imponer multas o servicios comunitarios a los infractores, en lugar de detenerlos, tras la muerte de un hombre que, por violar el toque de queda, fue obligado a realizar un centenar de flexiones.
Pero Duterte afirma que los policías deben mostrarse intratables con las personas que llevan mal la máscara.
El año pasado, conocido por sus declaraciones exageradas, a veces sus insultos, el mandatario indicó que las fuerzas de seguridad debían abrir fuego contra quien creara “desorden” en zonas confinadas, lo que le había valido fuertes críticas de las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.
El portavoz del presidente, Harry Roque, confirmó que se ordenó a la policía que procediera a efectuar detenciones, precisando que eran posibles de hasta 12 horas.
La asociación de Derechos Humanos Karapatán denunció una instrucción “no científica e ineficaz”, así como un “uso desproporcionado de la fuerza”.
Agence France-Presse