Sospechas de corrupción En privado, la Presidenta insiste en que el fallo fue “contra” ella. En su entorno hay funcionarios que prefieren una licencia del vice.
La noticia del procesamiento de Amado Boudou cayó como un rayo en la Casa Rosada. Aunque varios funcionarios afirmaron ayer ante Clarín que esperaban esa noticia, el daño que genera la novedad sobre la imagen del Gobierno y de Cristina Kirchner se transformó en una preocupación primordial.
Los funcionarios que trabajan el tema buscan “blindar” a la Presidenta, que desde el viernes a la tarde permanece en su residencia de El Calafate. Saben que eso no será fácil. “Desde hace dos años la causa Ciccone perjudica a la imagen del Gobierno: el mensaje de corrupción está instalado y cada noticia al respecto es un festín para la oposición ”, señaló molesto un funcionario de la jefatura de Gabinete.
Cristina “no le soltará la mano a Boudou” indicó un alto funcionario. “La Presidenta está convencida de que quieren ir por ella como si fuera la cabeza de una banda: si lo suelta habilita ese camino”, indicó una fuente del área que dirige Oscar Parrilli, secretario General de la Presidencia.
De la misma manera que los abogados del vicepresidente, en la Casa Rosada argumentan que “cuando llamaron a indagatoria a Boudou le hicieron prácticamente la imputación de que él hizo lo posible para quedarse con la empresa Ciccone”.
De todos modos, en el gabinete también hay funcionarios que impulsan una licencia de Boudou.
El más notorio de ellos es Carlos Zannini, secretario Legal y Técnico.
En la Casa Rosada indican que el procesamiento “fue realizado en base a dichos y no a pruebas”. “No hay pruebas instrumentales”, indicó un funcionario K. “Luego de que Boudou presente su apelación, la Cámara decidirá en 10 o 15 días”, señaló un ministro con diálogo permanente con el presidente del Senado.
El discurso oficial no variará demasiado de lo ya dicho. “Si no apelás en la Justicia, ante la opinión pública quedás dando la razón. Él es el vice y aparte existe el principio de inocencia”, señaló un dirigente allegado a Amado Boudou. En ese grupo esperan que la “ruta del dinero” clarifique si las pruebas confirman el procesamiento o no.
Las comunicaciones telefónicas con la Presidenta, que volverá esta noche de Santa Cruz, fueron permanentes durante el fin de semana. La primera voz del Poder Ejecutivo sobre el revés judicial será la del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Ayer argumentaban que mañana, ante la primera pregunta en la conferencia de prensa matutina sobre si Boudou pedirá licencia, Capitanich buscará desviar el tema. “Si Macri (jefe de Gobierno porteño) tiene un procesamiento confirmado y nadie le pide que deje su cargo ¿Por qué Boudou, que tiene un procesamiento provisorio, va a correrse?”, se interrogó con molestia un dirigente K.
Ayer, Julián Domínguez, presidente de Diputados, pidió “dejar que la justicia argentina resuelva con independencia institucional lo que crea que es mejor”.
El miércoles, todo indica que Gerardo Zamora, presidente provisional del Senado, presidirá la sesión en la Cámara Alta, porque Boudou estará de gira en Centroamérica. El mensaje en el Gobierno es “el procesamiento no modifica nada” y por eso no se confirmó si le pedirán a Boudou que vuelva antes de su gira internacional. En el Gobierno creen que esa sesión en el Senado será difícil para el oficialismo.
“Va a ser un ataque permanente con un solo tema que es el Vice”, imagina un funcionario. Boudou, que asumió en 2011 con la intención de ser el sucesor de Cristina Kirchner, hoy es el funcionario con imagen negativa “récord”. En el Gobierno dan por finalizada la carrera política de Boudou, pero aspiran a que el llamado a Juicio Oral no ocurra antes de la salida de Cristina de la Casa Rosada.
Fuente: Clarin
