La lucha por la libertad y la democracia en Venezuela es una lucha épica. Es una lucha humanitaria. Por la justicia y por la bondad. Porque aún es posible creer en un mundo bueno, de iguales, donde impere la razón sobre las diferencias ideológicas y políticas. El premio Sájarov entregado a Edmundo González y María Corina Machado, que celebra la Libertad de Conciencia, es el más alto homenaje que concede la Unión Europea en ese terreno sensible de los derechos humanos, cuyo respeto escrupuloso supone que después de tantos siglos sobre la faz de la Tierra somos, o deberíamos serlo, humanos.
Es una lucha épica desde la misma decisión inicial de enfrentar la pretensión hegemónica de un régimen que se deshizo muy pronto de la Constitución a la cual juró encomendarse. Es épica incluso en sus derrotas y errores, porque nunca se ha dejado de anhelar la libertad. Es épica porque frente a un poder inmenso y terrible la mayoría del pueblo venezolano decidió creer en una solución pacífica por la vía que ha conocido desde hace casi 70 años: las urnas de votación.
Esas urnas arrojaron el 28 de julio un veredicto inapelable: el régimen de Nicolás Maduro está muerto políticamente. Es un anacronismo histórico, que ha causado un daño inmenso en la sociedad venezolana. Es un peligro para sus ciudadanos y para sus vecinos. Una vergüenza para la comunidad internacional. Un hondo y largo apagón institucional que equipara al país, que fue un refugio de libertad, a los regímenes que poblaron la región hace medio siglo de persecución, destierro y muerte. El premio Sájarov reconoce en Edmundo González y María Corina Machado los rostros de todos los venezolanos que desean un cambio político, sin revanchas, de miras altas, de progreso, de democracia, de trabajo.
El ganador o ganadores del premio Sájarov son elegidos, tras varias rondas previas, por la Conferencia de Presidentes, un órgano del Parlamento Europeo, que incluye a los líderes de todos los grupos políticos. “Es una elección verdaderamente europea”, señala el sitio web del galardón. La lista de sus ganadores incluye nombres de personas y de organizaciones de trascendencia mundial como Nelson Mandela, que lo recibió en 1988, la primera entrega; Alexander Dubček, figura referencial de la Primavera de Praga; Madres de la Plaza de Mayo; ¡Basta ya!, iniciativa ciudadana española de lucha contra el terrorismo y en favor del Estado de Derecho; Oswaldo Payá, disidente cubano; la oposición venezolana, la de Bielorrusia, el pueblo ucraniano. En fin, los luchadores de la inagotable gesta de la libertad.
Esa lucha épica, reconocida por el mundo democrático, debe concluir cuando se produzca el traspaso del mando a Edmundo González, el presidente electo el 28 de julio. Luego vendrá otra tan épica como esta etapa, que consistirá en la reconstrucción del país sobre bases sólidas de respeto y cooperación, de derecho y justicia. El mandato popular solo puede entenderse como un mandato constitucional, que no caduca y que expresa la voluntad ampliamente mayoritaria de los venezolanos.
Editorial de El Nacional