La inflación en el sector salud no es solo una cifra del Banco Central de Venezuela (BCV) sino una realidad que está golpeando el bolsillo de los venezolanos, quienes tienen que destinar una buena parte del salario para comprar medicinas.
En un recorrido realizado por Últimas Noticias por las principales cadena de farmacias, se pudo obtener testimonio de quienes compraban los medicamentos prescritos para sus tratamientos respectivos. Quienes conseguían los productos salían escandalizados por los altos costos, pero otros solo señalaban que debían continuar su peregrinar, esperando correr con más suerte en su próxima parada.
Sofía González salía del Locatel de Chacaíto con su mamá, donde le compraba el tratamiento para la tensión y se encontró con que algunos fármacos tuvieron que ser sustituidos. El susto mayor se llevó a la hora de pagar.
“Estábamos buscando Amlodipina y no conseguimos el Norvas que es el que inicialmente le habían prescrito, pero nos vendieron un equivalente que se llama Amlovas y otra medicina que nos salió en Bs. 500 cada cajita. Hoy en día uno no se puede enfermar porque en seis cajitas que llevo acá gastamos Bs. 1.817”.
Advierte que este tratamiento le alcanza para dos meses y medio y aún no ha comprado los medicamentos para el colesterol.
La inflación de febrero, divulgada el viernes por el BCV, se ubicó en 2,4%; sin embargo, el grupo de salud fue el que experimentó el mayor incremento de precios, al trepar a 4,1%, junto con el grupo de esparcimiento y cultura, que obtuvo el mismo índice.
La escasez forma parte de otra historia no menos preocupante. En Farmahorro de La California no se encuentra Euthyrox, para el tratamiento de la tiroides, y en Locatel de Chacaíto y Farmatodo de Las Mercedes solo se consigue de 125mm, cuando la mayoría de lo pacientes requieren de 100mm. La situación con el Glucofage para diabéticos no es diferente.
Los entrevistados por este rotativo a las afueras de las farmacias señalaban también que han tenido problemas para encontrar medicamentos para embarazadas, anticonceptivos, antibióticos y remedios para bebés.
Los anaqueles no reflejan la escasez, ya que los espacios vacíos se han llenado con remedios repetidos y sobre todo con productos de higiene personal y de belleza cuyos precios no entran en las regulaciones del Gobierno.
Fuente: ÚN