Para practicarlo es esencial no tener prisa, pues se conforma de una largo juego para disfrutar por completo tu cuerpo y el cuerpo de tu pareja. El placer prolongado es la meta del sexo tántrico, no tanto el clímax.
Convierte el acto sexual en un rito. Rodea la cama de flores y velas, incluye esencias, masajea a tu pareja con aceites, alejen cualquier ruido que los perturbe, ambienten con música relajante y liberen la cama de cualquier obstáculo como cojines. Ahora que el lugar donde van a estar juntos ha sido preparado comienza la parte más importante, prepararse mentalmente para vivir el momento al máximo.
Pasos:
– Respiren juntos. Siéntate sobre él, cierren los ojos, acérquense y comiencen a respirar en conjunto.
– Dense un masaje largo y suave sin tocar las zonas erógenas. Dejen que la tensión sexual comience a concentrarse.
– Bésense sin tocar su cuerpo. Poco a poco comiencen a besar todo su cuerpo, dejen hasta el final las zonas erógenas.
– Siéntate sobre él y deja que te penetre. En un inicio la penetración debe ser sin movimiento y las caricias deben continuar presentándose. Poco a poco comiencen a moverse lentamente. Generalmente, la penetración en el sexo tántrico dura media hora. Eso se debe a la lentitud con la que se dan los movimientos. Las posiciones pueden variar, pero es mucho mejor cuando la mujer está encima, pues controla los movimientos.
– No se dejen llevar por cualquier orgasmo, están buscando construir uno demasiado intenso por lo que deben controlarse con la respiración y, en el caso de los hombres, haciendo presiones en el perineo (zona entre los testículos y el ano) para retardar la eyaculación.
– Cuando ya sientan que están a punto de explotar entonces es momento de dejarse llevar y disfrutar de un orgasmo intenso.
– Si se encuentran en un periodo de abstinencia aprovechen esta técnica, ya que mientras menos seguido se tenga sexo más intensos son los orgasmos.
Fuente: S180
