El misionero invertido. Esta postura es ideal para iniciar el coito. Al estar la chica arriba, a horcajadas encima de él, el pene podrá entrar con más facilidad, ya que en posiciones en la que la chica se tumba, la vagina queda ligeramente aplastada y, por lo tanto, puede resultar un poco dolorosa. Además, la chica podrá frotar su clítoris con la pelvis de su compañero en cada movimiento.
El trapecio. En esta postura, estando la chica tumbada bocarriba y el chico arrodillado y con las piernas de ella sobre sus hombros, se consigue una penetración más profunda y placentera para ambos.
El perrito. Esta suele ser una de las posturas favoritas de los hombres, ¡y no es para menos! En esta posición el hombre puede penetrar a la mujer con más facilidad, ya que tiene mucha libertad para moverse. La mujer, por su parte, al sentir tales embestidas de su acompañante, puede llegar al orgasmo rápidamente.
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Por Confirmado: Oriana Campos