Vaya por delante que la edad poco tiene que ver a la hora de disfrutar del sexo, a no ser que el cuerpo no responda, pero eso es algo que no siempre se da y que puede obedecer a otras causas. Así pues, sin más demora, dicho esto entraremos en el sugestivo mundo del Kamasutra, esta vez recomendando posturas en función de las edades.
Ahora nos centramos en los veinteañeros, treintañeros y (cuarentones) cuarentañeros, dejando las sucesivas décadas para un próximo post. Por lo tanto, que nadie piense, ni por asomo, que se queda fuera, sobre todo porque adjudicar tales o cuales posturas a unas determinadas edades o fase vital sólo es un juego o sugerencia, sin más intención. Aunque lo cierto es que alguna postura requiere un equilibrio circense y una forma física casi olímpica.
A los 20
Los veinteañeros se les adjudican posturas más activas, por aquello de tener un óptimo tono muscular Ocurre, por ejemplo, con la primera de ellas, bautizada como La sorpresa. Basta con ver la imagen para entender el nombre: vemos que el hombre está de pie y penetra a la mujer sujetándola por la cintura, mientras ella se apoya en el suelo.
Las siguientes son El Ying y el Yang (ella se sienta sobre él, que ha de aguantar estoicamente en cuclillas, abrazándose ambos y balanceándose), El abrazo (ella se cuelga de su cuello y le abraza con las piernas, mientras él la sujeta por los glúteos y la espalda) y, por último, La amazona, con él acostado y las piernas ligeramente abiertas, con ella sentada apoyándose en él y ayudándose con la sujeción de las manos.
A los 30
La profunda es una postura adecuada para lograr una penetración máxima, con ella con una o ambas piernas sobre el cuerpo de él arrodillado, hasta sus hombros y llevando el ritmo con las manos, si así lo desea.
Con él de rodillas y sujetándola a ella, que a su vez apoya sus manos en el suelo con el cuerpo arqueado, se adopta la postura conocida como La caña, lográndose una comunicación visual intensa por la cercanía de los rostros. Por último, en La catapulta, el hombre se arrodilla mientras va acercándose, es decir, descendiendo hacia la mujer, dejándola que apoye los glúteos contra sus muslos a la vez que la mujer eleva las piernas, rodeando la cadera del hombre con una o con ambas (no indicada para casos de eyaculación precoz ni vaginismo).
A los 40
La fusión es la primera de las dos posturas que sugerimos para las parejas de cuarenta. Como ilustra la primera imagen de este grupo de edad, los amantes se sitúan de frente, boca arriba, uniendo sus cuerpos con el empuje que le proporciona sus caderas y sus manos. La doma, por último, es un abrazo de ambos sobre el suelo, sentados uno sobre el otro, con ella encima, por lo que el sentimiento de comunión es importante, así como la posibilidad de besarse y susurrarse palabras al oído.
En fin, estas son solamente unas ideas generales para hacerlas a tal o cuál edad, es decir, sin importar ésta si se tiene ímpetu suficiente, pero también para imitarlas o simplemente inspirarse en ellas. Además, puedes practicarlas en el mundo real o en el de tus fantasías, con quien o quienes quieras… Sea como fuere, espero que las disfrutes.