El lunes 5 de junio la Comisión Nacional de Primaria (CNP) abrió el lapso de postulaciones para competir en la elección primaria prevista a realizarse el 22 de octubre y de la cual saldrá la candidatura unitaria de la oposición venezolana. El lapso se mantendrá abierto hasta el 23 de junio y la CNP espera que al menos 13 dirigentes políticos inscriban sus nombres para la elección.
Desde su instalación el pasado 15 de noviembre, la CNP, presidida por el abogado y especialista en derecho constitucional Jesús María Casal, ha venido desarrollando con algún retraso un cronograma que ahora se encuentra en una fase de decisiones cruciales como es la de formalizar las candidaturas, que son las que darán sentido de amplia participación política al proceso de elección primaria convocado.
En realidad las candidaturas ya están en la calle. La mayor parte de quienes aspiran a encabezar la oposición en los comicios presidenciales -estos sí, sin fecha porque el régimen de Maduro mantiene «secuestrado» el día electoral- recorren el país de una punta a la otra, de arriba abajo, en una amplia movilización social y política que expresa un interés creciente de la golpeada población venezolana por el cambio político, a pesar del desencanto acumulado por otras experiencias fallidas de recuperación de la vida democrática del país.
El primer gran dilema de la realización de la primaria opositora es la aceptación o rechazo de la asistencia técnica del Consejo Nacional Electoral, dominado por el régimen, en el proceso de votaciones. La CNP, que es el árbitro de la primaria, emitió el pasado 2 de junio un comunicado en el que acordó solicitar al CNE una reunión para abordar «aspectos y garantías» de la primaria y, a partir de confirmar esas garantías, pedir la asistencia técnica para la realización del acto electoral del 22 de octubre.
La participación del CNE supone disponer de los tradicionales centros de votación instalados en las escuelas y liceos del país en la cantidad que se acuerde, el uso de las máquinas de votación y el despliegue del Plan República a cargo de las Fuerzas Armadas Bolivarianas. Un proceso similar al realizado en 2012 cuando Henrique Capriles fue electo candidato opositor y que convocó a las urnas a 3 millones de electores.
Pero la idea de la CNP está lejos de ser unánime, porque al menos tres candidaturas se oponen de manera frontal a la participación del CNE. Tanto María Corina Machado, de Vente Venezuela, como el veterano dirigente Andrés Velásquez, de La Causa R, y Delsa Solórzano, de Encuentro Ciudadano, sostienen que contar con el CNE desvirtúa el carácter de desafío al régimen de la primaria y ahuyentaría la participación masiva de la gente ante la extendida y consolidada desconfianza en el órgano electoral, que tendría acceso a la identidad de los votantes y a ejercer represalias como lo hizo con la célebre, por abusiva, Lista Tascón. Machado, que lidera la intención de voto, ha dicho que con primarias o sin primarias «nos vemos en el 2024».
La líder de Vente Venezuela ha solicitado a la CNP que explique qué significa la “asistencia técnica” del CNE. Una respuesta de la cual se pueden desprender decisiones también cruciales para la primaria. Un momento de alta tensión, que pondrá a prueba el carácter unitario que busca la elección primaria.
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Editorial de El Nacional