Cuánto odiamos esos momentos, en los que después de una noche intensa de sexo, la única vía de escape que tiene el señorito es quedarse dormido. ¿Y tú qué? Pues tú te apañas como puedes. O te pones a leer o te pones a dormir. Porque desde luego, con él no podrás tener demasiada conversación.
Y es que a las mujeres esto no es lo que nos gusta. A las mujeres nos encanta que nos llenen de mimos y de besos después de haber tenido un contacto tan fuerte e íntimo. Los dos estamos cansados, pero ¿qué cuestan esos típicos cinco minutos de conversación?
Porque ya no pedimos ni un rato largo. Simplemente cinco minutos que nos permitan saber si la otra persona ha disfrutado, si se lo ha pasado bien, si le ha parecido el mejor orgasmo, si se hubiese podido mejorar. Es que en estas conversaciones absurdas, te das cuenta, de que también conoces más y más a tu pareja, aunque sea en tema de gustos sexuales.
Pero, no se preocupen. La única solución es ir a las malas. Ya que por las buenas se quedan dormidos. Vamos a ser malas con ellos.
Y es que sabemos que le encanta que le acaricies después del sexo. Pero, ¿y si fueras más allá? ¿Tanto que le encendieras de nuevo? ¿Podrías llegar a causar una súper noche de pasión? ¿Uno detrás de otro?
Porque son ellos los que nos hacen recurrir a estas soluciones. No sabemos por qué lo hacen, por qué no se quedan con nosotras, por qué se duermen y nos abandonan con el placer medio sofocado. Pero tranquilas, porque a partir de ahora no se dormirán, no. Está prohibido dormirse en toda la noche. A ver si aguantan. ¡Y más les vale!
Avant sex