Ciudad Vieja de Jerusalén. Efe
El portavoz de la presidencia palestina, Nabil abu Rudeina, manifestó que «Jerusalén no está a la venta, ni por oro ni por plata» y que Israel debe cumplir las resoluciones de la ONU.
En declaraciones a la agencia palestina Wafa, Abu Rudeina añadió que «si (norte) América quiere velar por sus intereses en Medio Oriente, debería adherirse a las resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad».
Por su parte, el portavoz de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) Tareq Rishmawi, dijo a Efe que «Trump siempre está amenazando a los palestinos, pero no nos afecta porque estamos con la legalidad internacional», después de que la Casa Blanca informarse ayer de que el presidente estadounidense, Donald Trump, no «tolerará que se diseminen falsedades sobre América».
La declaración de La Casa Blanca añadía: «Y desde luego que no continuará gastando los dólares de los contribuyentes en subvencionar a aquellos que las diseminan (las mentiras)».
La administración estadounidense respondía así a las palabras del Secretario General de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, quien dijo que la insinuación de Trump de cortar la ayuda económica a agencias de cooperación en territorio palestino, «amenaza con matar de hambre a los niños palestinos».
El reconocimiento formal de Trump de Jerusalén como capital israelí el pasado 6 de diciembre, ha desencadenado una iracunda reacción de los palestinos y el mundo árabe en general.
Desde entonces, el presidente palestino, Mahmud Abás, reitera que con esta declaración EEUU se posicionó en el conflicto, por lo que ya no lo considera acreditado para ejercer de mediador en el proceso de paz, y congeló los contactos con representantes estadounidenses para este cometido.
Israel ocupó Jerusalén Este en la Guerra de los Seis Días, en 1967, y la anexionó en 1980, en contra de la opinión de la comunidad internacional, mientras que los palestinos reivindican Jerusalén Este como la futura capital de Palestina. EFE