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La extraña despedida de Landon Donovan

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La extraña despedida de Landon Donovan

Landon Donovan, la cara del pujante fútbol en Estados Unidos los últimos 15 años, aún cree que debería haber ido al Mundial de Brasil, pero deja el deporte con sólo 32 años y en plenitud de facultades.

 

Aún dolido por que Jürgen Klinsmann lo dejara fuera del equipo que disputó el Mundial, Donovan tuvo el viernes una despedida extraña de la selección de Estados Unidos, de la que es el máximo goleador (57) y el máximo asistente (58) de la historia.

 

Llegó el jueves a la concentración del equipo, disputó 41 minutos del amistoso ante Ecuador sin que estuviera ninguno de sus compañeros más habituales como Tim Howard, Clint Dempsey o Michael Bradley e inmediatamente partió para disputar el domingo un partido de la liga local con su equipo, Los Angeles Galaxy.

 

Por todo ello y pese al cariño de los 34.000 hinchas, el homenaje de la Federación tuvo algo de anticlimático, impropio de un jugador que el viernes disputó su encuentro número 157.

Aunque peor habría sido que el último recuerdo del «Capitán América» con la selección hubiera sido el «no» de Klinsmann a su presencia en el Mundial.

 

«Aunque no estuve de acuerdo con la decisión y todavía creo que debería haber ido, también fue bueno ver que las cosas no siempre salen a gusto de uno», dijo Donovan el viernes antes del encuentro y una vez pasado el gran enfado.

 

Pero el delantero que disputó los 12 partidos de Estados Unidos en los Mundiales de 2002, 2006 y 2010 y que marcó un gol ante Argelia en Sudáfrica que clasificó a su equipo como primero de grupo por primera vez en 80 años aún tiene una espina clavada.

 

Donovan, el hombre anuncio del «soccer», grabó luego comerciales en los que se reía de su exclusión, criticó la táctica de Klinsmann durante el Mundial y tardó en aceptar la propuesta de un partido de despedida.

Había motivos para el rencor. Donovan fue el mejor jugador de Estados Unidos en la Copa de Oro ganada en 2013 y seguía siendo el más diferente de un plantel escaso de talento al servicio de la táctica del alemán, revolucionario por naturaleza.

 

Que la química entre ambos no era la mejor quedó patente cuando justo después de que el entrenador borrara a Donovan de la lista, el hijo de Klinsmann, Jonathan, de 17 años, publicó un tweet en el que se mofaba del delantero.

 

«No estoy furioso, pero sí decepcionado. Pienso que entrené bien y que me merecía absolutamente viajar a Brasil. Y además como titular», dijo con claridad.

 

Pese a reconocer el jueves que Donovan era el «poster boy» del fútbol estadounidense, Klinsmann (padre) disparó de nuevo al hablar de su carrera: «Creo que podría haber hecho un poco más».

 

Se refería a que Donovan, pese a su talento, no fue nunca capaz de establecer una carrera en Europa. El delantero estuvo dos veces en el Bayer Leverkusen (1999-01 y 2004-05) y jugó a préstamo con el Bayern Múnich de Klinsmann en 2009. En 2010 y 2012 disputó unos meses con el Everton inglés durante la pretemporada en Estados Unidos.

 

«Es fácil juzgar las decisiones de otros, pero sólo busqué mi felicidad», replicó el atacante, al que le importó siempre más el yo persona que el yo futbolista.

 

 

 

Klinsmann nunca entendió que en 2013 se tomara cuatro meses sabáticos. Donovan necesitaba un tiempo fuera del fútbol. No ha escondido sus problemas con la depresión. «Es normal tener periodos tristes en la vida. Prefiero sentir cosas a no sentirlas, pasar algunas cosas por las que pasamos las personas, es normal».

 

El viernes por fin hablaron técnico y estrella, la primera conversación desde aquel 22 de mayo en que se conoció la lista para el Mundial. «Ya le dije que esta puerta siempre está abierta para él. Éste es su equipo, él construyó este equipo. Ha hecho muchas cosas para el fútbol en Estados Unidos», le tendió la mano Klinsmann.

 

Cuando acabe en noviembre la temporada con los Galaxy, Donovan dirá adiós al fútbol, pese a estar aún en buenas condiciones físicas.

 

«Estoy preparado, quiero salir cuando aún puedo correr, cuando aún puedo disfrutar», dijo a los 32 años. De momento desea «ver mundo» y luego quizás entrenar a los jóvenes valores del fútbol, entre los que ya se busca al nuevo «Capitán América».

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