Muchas de las ideas que tenemos sobre el amor, la pareja, el sexo y casi todos los aspectos de nuestra vida se basan en la cultura pop que consumimos, lo que significa que el cine y las películas funcionan en gran medida como un parámetro para nuestras expectativas reales. ¿El problema? Muchas veces estos productos caen en el cliché (como en las comedias románticas) formando ideas un tanto falsas que crean una decepción cuando la realidad prueba lo contrario. Y en el porno, esas fantasías casi perfectas no son la excepción.
Este año, la agencia de producción neoyorkina Kornhaber Brown se dio a la tarea de comparar la realidad del mito (con un video súper divertido) cuando se trata del sexo en pantalla y tenemos que admitirlo, ¡las estadísticas son impresionantes! Algunos de los datos que más impactan son que, en la industria pornográfica, todas las mujeres llegan al orgasmo, mientras que en la vida real el 71% no. Sorprendentemente, y esto tal vez podríamos adjudicárselo al frenesí por 50 Shades of Grey, ¡40% de las personas han probado el bondage! Un número mucho más grande que el de hace una década.
Sin embargo, este género cinematográfico puede estar haciendo más que darte algunas ideas. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Utah en 2010, aunque la pornografía funciona como un estímulo y entretenimiento, puede incitar la pérdida de interés en las relaciones al no cumplir con las fantasías vistas (tanto en placer como en aspectos físicos) o al no probar distintas experiencias en las que uno de los dos no se siente cómodo. ¿El resultado? Relaciones sexuales insatisfactorias y un distanciamiento emocional que afecta a la pareja.
Además, varios estudios han probado que tu autoestima también puede salir mal librada. Según el Sexual Recovery Institute de California, las mujeres con parejas que consumen porno se sienten mucho más infelices que en relaciones donde el hombre ve poco o nada. Los resultados de la investigación indican que mientras más pornografía se observa, la confianza de la mujer se minimiza al no poder estar a la altura de las imágenes vistas.
La clave está en tener claro que lo que estás viendo, sea porno, romance o acción, es nada más y nada menos que pura ficción. Si bien puede servir como inspiración para salirte del molde y sorprender a tu chico una que otra vez, compararte con el cine de adultos puede perjudicarte más de lo que te imaginas. Así que mantenlo como puro entretenimiento y deja que lo que realmente lo satisfaga seas tú y no sus fantasías.
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