Vivimos en un mundo que va a toda velocidad. El problema es que nuestro cuerpo no está diseñado para ello, así que después de unos días de pisar el acelerador, terminamos exhaustas y no nos queda mas que pisar el freno.
Por Beatriz Castillo
Todas hemos presionado el botón de «snooze» en nuestro despertador o celular alguna vez. Ese sentimiento de no querer levantarse de la cama por nada del mundo, incluso cuando tenemos mil cosas que hacer se ha convertido en una norma en nuestra sociedad tan ajetreada.
Pero, ¿está bien vivir de esa manera? ¡Claro que no! Nuestro cuerpo no está diseñado para soportar tales cantidades de estrés y movimiento. ¡Para eso existe la noche! Nuestro cuerpo nos da señales de que necesita descansar, pero no siempre prestamos atención.
Puede sonar sencillo, pero la primera clave para contrarrestar la fatiga es hallar aquello que nos está robando la energía. Desde lo mental hasta lo que comemos, todo influye en la energía que tenemos todos los días.
Errores
Patrones de sueño. ¿Qué haces justo antes de dormirte? ¿Checas tu celular? Esto podría influir negativamente en tus niveles de energía, ya que te vas a la cama sobreestimulada. Aprende a desconectarte antes de meterte bajo tus sábanas para evitar que las distracciones del mundo digital se apoderen de tu salud.
Demasiado en mente. Nuestro estado mental influye en nuestros niveles de enrgía. El estrés, la ansiedad, la tristeza y muchos otros afectan nuestra tranquilidad y nos fatigan como si hubieramos realizado actividad física. El secreto se encuentra en aprender a relajarnos y evitar que los problemas nos afecten demasiado.
Estilo de vida sedentario. ¿Pasas todo el día trabajando frente a un monitor y cuando llegas a casa lo primero que haces es prender la computadora? La inactividad física afecta la circulación, lo cual disminuye tus niveles de oxígeno. Por eso tienes sueño aunque hayas estado sentada todo el día.
Dieta. Tenemos tanto en mente que comer pareciera una responsabilidad. Dejamos atrás nuestra salud por darle prioridad a todo lo demás. ¡Pero nos estamos haciendo daño! Así como es importante cuidar lo que comemos, también es esencial no saltarse comidas para mantener la energía en nuestro cuerpo.
Condiciones médicas. Existe un montón de enfermedades y padecimientos que afectan nuestros niveles de energía indirectamente, especialmente las alergias y las enfermedades del corazón. Otro peligro son las medicinas que tomamos, sobre todo los antihistamínicos y las medicinas para la presión. Checa lo que estás tomando; tal vez ahí se encuentre la respuesta de tu constante fatiga.
Fuente:veintitantos