Las fiestas de San Benito, recordado como un descendiente de esclavos de origen africano y patrón de Palermo, son una de las devociones cristianas más arraigadas en el pueblo de Cabima del estado Zulia, donde destaca la participación de los tamboreros -reconocidos como chimbangueles- para animar las fiestas en su honor.
El Patrón de Palermo, también conocido como el Moro, era hijo de negros esclavos manumisos. Nació entre 1524 y 1525 en el pueblo siciliano de San Fratello, y murió a finales del siglo XVI (1589) en la ciudad de Palermo, Italia.
Esta tradición se ha mantenido desde la época de la colonia. Cuentan que los pobladores de los páramos se resistían a ser dominados por lo españoles; un día estaban en desventaja numérica pero se salvaron al invocar a San Benito, que bajó en una nube de pólvora para darles valor a los hombres y espantar al enemigo.
El Santo Negro es llevado por sus creyentes bailando en su honor, dedicándole fuertes sonidos de tambora en todo su recorrido, un fiel acto representativo de la tradición africana de la época colonizadora. Desde entonces se le rinde culto.
La vestimenta se caracteriza por el empleo de una capa roja, sombrero de cogollo decorado, lentes y un trabuco con el que hacen explotar pólvora. Los hombres, mujeres, adultos y niños caminan por las calles descalzos con las caras pintadas de una unción negra que representa el color de piel de San Benito.
De esta manera, se forma un ejército que reúne a más de 3 mil «negros» que salen en procesión quemando pólvora y acompañando al Santo hasta la iglesia de la plaza. Sus fiestas patronales se festejan los días 27 y 28 de diciembre y finalizan el 6 de enero.
Es tradición que alrededor de 300 tamboreros realicen su particular homenaje a lo largo de los 11,4 kilómetros que componen el recorrido. La tradición se alterna cada año en las zonas sur y norte de Cabimas, La Rosa y Ambrosio respectivamente. Se conoce que en el estado Mérida también se le rinde homenaje a San Benito por pertenecer a la zona de los páramos.
Fuente: GV