Las personas se hacen tatuajes por distintas razones, desde cumplir una promesa, demostrar amor por tu pareja e intentar transmitir un mensaje, hasta el deseo de pertenecer a cierto grupo o identificarnos con cierta subcultura. Hay muchas razones válidas, casi tantas como personas que desean tatuarse. Sin embargo, hay algunos aspectos que debemos tener en cuenta para ver si nuestro motivo vale la pena.
Lo primero que tenemos que hacer es imaginarnos a nosotros dentro de 10 o 20 años. ¿Nos imaginamos con ese tatuaje? ¿Qué estamos haciendo de nuestras vidas? Si piensas trabajar en un sitio conservador, entonces no es la mejor opción un tatuaje que esté visible, ya que es seguro que te armen problemas (desgraciadamente es así). Lo mismo con un tatuaje en honor a tu pareja. ¿Piensas seguir con esa persona por muchos años más? Muchísima gente tuvo que tapar su tatuaje luego de romper con su pareja, así que no pienses que todo es eterno.
El argumento de querer “ser diferente” es muy pobre. La mayoría de quienes quieren llamar la atención de adolescentes luego se arrepienten al no conseguir un trabajo. Y hay que tener en cuenta que removerse el tatuaje aún sigue siendo muy caro. No es fácil, así que no te quejes si el proceso cuesta unos mil dólares (además de que generalmente quedan cicatrices o manchas). Así que si quieres tatuarte por primera vez, ten en cuenta lo siguiente:
Quizás no es lo que realmente quieres, quizás no deberías tatuarte en la casa de un amigo porque es más barato, quizás no deberías dejar que tus amigos te tatúen con una máquina casera en una fiesta, quizás es mejor tatuarte en la espalda (en lugar de la mano, el cuello o la cara, o mejor en la muñeca izquierda por si tienes que ocultarlo con un reloj). Debes estar seguro de lo que haces.
Si te respondes a todas estas preguntas y te das cuenta que igual es lo que quieres, entonces adelante, házlo. Porque también es cierto que el tatuaje es genial y te abre un nuevo mundo ante tus ojos. Pero debes hacerlo bien.
LPQ
Por Confirmado: Oriana Campos