Las «caídas del sistema» que sufrimos tras una buena comida, pueden ser responsabilidad directa de la glucosa, que hace descender en el hipotálamo los niveles de oxerina, una clase de proteínas cuya misión es mantenernos alerta.
El pasado mes de junio, Denis Burdakov y su equipo de investigadores de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, demostraron que incluso una subida casi imperceptible de glucosa disminuye sensiblemente la actividad neuronal. Por eso, si quiere seguir despierto deberá evitar las comidas ricas en carbohidratos o grasa; en cambio, mantendrá los ojos bien abiertos tras un banquete de proteínas.
Fuente: Culturizando