¿Vergüenza? ¿Negación? Aceptar que un chico te gusta a veces no es tan fácil, no sé por qué, pero en vez de gritarlo a los cuatro vientos (o al menos admitirlo), nos guardamos ese sentimiento que nos hace sufrir un poco.
¡No es fácil!
Depende del contexto en el que te encuentres, no siempre es fácil decirle a los demás, o hasta a veces a ti misma, que un chico te gusta.
Imagina diferentes posibles escenarios: puede ser un compañero de trabajo, el empleado de la cafetería que siempre visitas, un vecino, un compañero de estudio, en fin… un chico cercano que desde hace un tiempo lo miras con otros ojos pero aún no te animas a admitir que te gusta.
¿Será que arriesgas demasiado? Parece como que una vez que lo admites no hay vuelta atrás, y no quieres a nadie preguntando cómo te fue al verlo o si al fin te animaste a invitarlo a salir. Prefieres guardar esa información dentro tuyo y que el destino (o la privacidad) decida.
Nos evita sufrir
Una vez que admites que alguien te gusta comienza un circuito que a veces no quieres recorrer porque cuando los resultados no son satisfactorios, te hacen sufrir. Imagina que al fin te liberas y dices: “si, me gusta”. Hasta ese momento todo quedaba en la intimidad, o hasta en la inconsciencia, pero ya no más. Desde el mismo instante en el que admites que ese chico te mueve el piso, comienzas a anhelar verlo, a esperar que te hable, a ponerte linda para él, a tramar encuentros casuales, a soñar en una cita, un primer beso, en fin, todas cosas lindas que quieres que pasen.
Pero no todo es color de rosa, porque también empieza la tortura de no saber si le gustas, de no saber si algún día vas a lograr algo con él, de verlo hablar con otras chicas, de que no te mire, es decir, hay cosas que no están tan buenas cuando admites que alguien te gusta.
Es por eso que a veces es mejor no aceptar que un chico te atrae para evitar sufrir y no hacerte ilusiones con algo que no sabes si va a funcionar. Las mujeres somos así, ¡pero es parte de nuestro encanto! ¿Qué piensas tú?
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