El mundo tecnológico, es, ante todo, uno de los ámbitos más cambiantes de la realidad. Las marcas y fabricantes están casi «obligados» a mejorar cada poco tiempo los productos que lanzan cada año. Se entra así en una vorágine, la vorágine de la actualización. Los usuarios, como clientesesperamos expectantes cada nuevo sistema operativo que se le puede instalar a nuestro terminal, sin cuestionar muchas veces cuál será su rendimiento futuro. En este sentido, el mercado se encuentra polarizado. A Apple le suelen llover alabanzas por el largo soporte que brinda a sus dispositivos iOS, mientras que en Android todo suelen ser críticas por los plazos que los fabricantes se dan para actualizar, si es que lo hacen, aunque eso parece estar cambiando éste año.
Como digo, solemos alabar cuando Apple soporta terminales por más de 2 años, e incluso llegar a actualizar tres versiones, como hizo en el caso de los iPhone 3GS, iPhone 4, y este año con el iPad 2. Sin embargo, ¿cómo son esas actualizaciones?¿qué aportan y qué restan a nuestros dispositivos?