Los gatos amasan cuando se sienten bien y para estar confortables. Esta forma de empujar las patas contra el cuerpo, contra otro animal o contra una superficie cualquiera recibe el nombre de amasar. El gato amasa cuando es bebé para estimular los pechos de su madre mientras amamanta.
De adultos, les queda este «reflejo» y por eso lo repiten cuando pasan por alguna situación agradable que les hace recordar «su infancia» (por ejemplo, cuando los acaricias).
Aun después de que ya crecieron, los gatos adultos pueden hacer esto con un ser humano, así como lo hicieron de pequeños con su madre. Es decir, el masajeo es algo instintivo y no tiene nada que ver con la agresión, por el contrario, expresan así su satisfacción o amor.
Fuente: Culturizando
Por: Maria Laura Espinoza
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