En Estados Unidos, a diferencia de la mayor parte del resto de los países, el papel moneda es solo de color verde. Esto es así desde 1850, fecha en la que Tracy R. Edson, de la Compañía de Billetes, descubrió una tinta de color verde resistente a todos los disolventes conocidos y que, por lo tanto, era a prueba de falsificadores.
Hasta entonces, la falsificación del papel moneda en aquel país era un juego de niños, ya que bastaba hacer sucesivas fotos -entonces en blanco y negro- de un billete convenientemente lavado y añadir a las copias el color deseado.
En el momento de la introducción de los billetes de menor tamaño en 1929, se continuó usando el verde porque era fácilmente disponible en grandes cantidades de pigmentos de ese color, fue relativamente alto en su resistencia a los cambios químicos y físicos, y el verde se identificó psicológicamente con el crédito fuerte y estable del Gobierno.
El simbolismo fue muy importante para los padres fundadores de los Estados Unidos, solo basta con dar un vistazo a la arquitectura de Washington DC o profundizar en los elementos que componen el billete de 1 dólar.
Culturizando