Todavía recuerdo aquellas míticas películas codificadas que ponían los viernes de madrugada en el Plus. Era muy difícil ver algo en aquella pantalla rayada.
Si permanecías mucho tiempo atento sin desviar la mirada, la vista se acostumbraba y, con suerte, podías llegar a ver algún pecho (o algo más explícito). Era lo más parecido al porno al que podía tener acceso durante mi época juvenil. Era un joven con muchas ganas de conocer lo que se escondía debajo de las blusas y las faldas y, la verdad, no tenía muchas formas de hacerlo.
Ahora bien, la pregunta es: ¿Por qué a mi (o a cualquier chico de mi generación ) nos sigue interesando el porno una vez que dejamos atrás la adolescencia? Está claro que lo real es mejor. Sin embargo, la industria del porno sigue creciendo y cada día es más fácil acceder a él gracias a Internet y las nuevas tecnologías (ya no tenemos que pagar por ello en el cine o en el videoclub), por lo que claramente la gente todavía valora la fantasía. A continuación, echamos un pequeño vistazo a por qué tantos hombres están fascinados con la pornografía:
Es más seguro que el sexo con extraños. Esta razón sólo se puede aplicar a los chicos solteros, pero no por ello deja de ser verdad. Los encuentros esporádicos pueden ser complicados. Ya sea por el miedo a las enfermedades de transmisión sexual o por la insípida conversación que nos vemos obligados a mantener a la mañana siguiente.
Así que, si estás buscando algo novedoso, el porno es una alternativa bastante segura. Masturbarse con la pornografía es simple: sólo tienes que sentarte, ver tu fantasía y hacer lo que es natural. No hay ansiedad por el rendimiento, ni miedo al rechazo. Tampoco te preocupas por quién de los dos va a llamar a quien al día siguiente.
La estimulación visual nos excita. Hay algunas cosas que a los hombres nos cuesta comprender acerca de las mujeres. Y del mismo modo, esto puede ser algo que te deje perplejo acerca de nosotros: a los hombres nos gusta mirar.
Y no sólo la pornografía. También nos gusta mirar durante las relaciones sexuales. Es una de las razones por la que nos agrada cambiar de posición o tener un espejo cerca: para disfrutar de las diferentes vistas. Con el porno, nuestra imaginación puede tomar un descanso. El cámara hace el trabajo.
Podemos vivir experiencias únicas a través de otros. ¿Sexo en una playa en medio del invierno? ¡Claro! ¿Sexo en el escritorio del jefe sin riesgo de ser despedido? Amén a eso. ¿Sexo en una nave espacial futurista? Bueno… es un poco raro, pero !adelante! Independientemente de la situación, la mayoría de los chicos en el porno parecen saber exactamente lo que están haciendo. Puede que no queramos ser como ellos en el día a día, pero aún así, nos impresionan. Y, de vez en cuando, nos gusta fingir que estamos haciéndolo, por ejemplo, en medio de un restaurante.
Nos permite ser egoístas. Queremos hacerte feliz. La verdad es que nos encanta cuando llegas al orgasmo casi tanto como cuando lo hacemos nosotros. Y, obviamente, eso significa que tenemos que estar totalmente involucrados en el acto. No es ninguna novedad que ambos géneros a veces disfrutan de la masturbación incluso más que del sexo y la pornografía sólo añade un poco de novedad y entretenimiento. Por supuesto, nunca querríamos ser egoístas en la cama contigo, así que esto nos da vía libre para simplemente obtener placer sin perjudicar nuestra reputación sexual, o más importante aún, tu opinión sobre nosotros.
Nos gusta ser estrategas. ¿Sabes lo que hacen los equipos de baloncesto? Analizan las imágenes del partido para obtener información que no pueden detectar durante el encuentro, cuando la adrenalina está por las nubes y están súper concentrados en el partido. Unas veces ven videos de sus propios partidos, y otras, de otros equipos. Esto les ayuda a decidir qué jugadas deberían ejecutar con más frecuencia y cuales no van a ninguna parte. ¿A dónde quiero llegar? No se trata de usar la pornografía como una plantilla y copiar todo lo que hacen, pero el porno puede ser la clave para saber qué posiciones nos gustaría probar o qué fantasías queremos compartir contigo.
Como despedida, permíteme enfatizar que los hombres (por lo menos la mayoría) vemos el porno como un complemento a las relaciones sexuales. No es un sustitutivo. O si no mira la popularidad de Cincuenta Sombras de Grey. Ese escapismo sexual ha conseguido vender más de 100 millones de copias en todo el mundo. Si eres una de las que ha caído en las garras del bestseller de Erika Leonard James, lo más probable es que no lo hayas reemplazado por el sexo con tu pareja. El tema es que las ideas que empiezan como una fantasía fácilmente pueden traducirse en una historia real, y que esta historia bien podría ocurrir en tu propio dormitorio. Así que, si estás de acuerdo, la mayoría de nosotros estamos totalmente dispuestos a ver porno contigo. Porque cuanto más abierta sean nuestras fantasías, mejor será nuestra vida sexual.
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