Las vacas, animales conocidos por ser herbívoros y dóciles, son criadas en varias partes del mundo por el consumo de su carne. No obstante, en la India las cosas son diferentes. En este país del sur de Asia las vacas se consideran sagradas, ¿quieres saber por qué?
Origen de la divinización de las vacas
Entre los hindúes existe la tradición de proteger a las vacas. Esta costumbre data de aproximadamente hace 2.500 años. Desde entonces a las vacas se les considera como un símbolo de fertilidad y maternidad.
¿Pero cómo empezó esta creencia? Parece que hay toda una construcción mítica al respecto.
Ocurrió que en la India antigua se dio un terrible período de sequías y de pérdidas naturales de espacios.
Con esta debacle ambiental, las vacas fueron desapareciendo poco a poco, lo que llevó a que las pocas restantes fueran veneradas y protegidas por todas las personas.
Hay que tomar en cuenta además que, en períodos críticos, la vaca resulta ser un animal excesivamente útil: brinda leche, mantequilla y su estiércol es un excelente abono para las tierras.
¿Cómo protegen a las vacas en la India?
Once estados indios tienen totalmente prohibido sacrificar a las vacas. Dicha prohibición que fue impuesta por una alianza de partidos nacionalistas hindúes que la consideran sagrada (un 80% de la población hindú las venera).
La protección de los vacunos está hasta en la constitución nacional. En el artículo 48 aparece especificada del siguiente modo:
«El Estado se esforzará u organizará la agricultura y la crianza de animales bajo líneas modernas y científicas y en particular, tomará medidas para preservar y mejorar las razas, prohibiendo la matanza de las vacas y sus terneros y otras vacas lecheras y animales de tiro».
¿Justicia por mano propia?
La protección de estos animales ha llevado algunas veces al pueblo hindú a hacer justicia por mano propia.
En el país suroriental se han creado numerosos grupos de radicales que se encargan de velar por el bienestar de las vacas durante las noches.
«Los soldados de Sharma» (así se hacen llamar) defienden a estos animales de ataques externos con bates, machetes y en algunos casos, escopetas.
Pero este fanatismo radical puede provocar niveles de violencia física con consecuencias terribles.
Tal fue el caso del asesinato de Mohammad Akhlaq, un granjero de 50 años, quien murió luego de recibir innumerables golpes con ladrillos esgrimidos por más de 100 vecinos, según su hija.
Todo porque se corrió el rumor de que el campesino consumía carne de vaca. Después de la muerte de Akhlaq, su familia aseguró que este consumía únicamente carne de cordero.
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