Todos los seres humanos sudamos. La transpiración es un fenómeno natural de la fisiología, que el cuerpo utiliza para refrigerarse. Pero la sudoración no es igual en cada etapa de la vida, puesto que hacia las últimas etapas se da en menor medida. Entérate aquí de por qué las personas mayores sudan menos.
Deterioro natural
Aunque las personas mayores también sudan, estas lo hacen en una proporción mucho menor a como le pasa, en comparación, a un adolescente o a un adulto joven. Este fenómeno tiene que ver con la senectud cutánea.
Con la edad, las glándulas sudoríparas se deterioran de manera natural y necesitan cada vez más de una mayor temperatura exterior para ponerse en funcionamiento. Esto es lo que hace que los ancianos suden menos.
Adelgazamiento y decoloración de la epidermis
Por otro lado, al envejecer la capa externa de la piel (epidermis) se adelgaza. La piel envejecida también pierde color y palidece, ya que el número de células que contienen pigmento (melanocitos) disminuye.
Adicionalmente, las glándulas sebáceas producen menos aceite cuando sumamos años, causando pérdida de humedad, sequedad y picazón en la piel. Esto hace más patente la sensación de que los ancianos no sudan.
Para hacer el asunto más delicado aún, con el transcurso del tiempo, el sistema defensivo del tejido cutáneo se trastorna y se vuelve incapaz de atraer linfocitos T. Y con esto es más difícil mantener a raya a los posibles agentes invasores.
Esta mayor vulnerabilidad explica por qué las personas son más propensas a desarrollar infecciones y a los cánceres de piel a los 70 años que, por ejemplo, a los 40. Ya sabes por qué las personas mayores sudan menos.
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