En estos días, no has escuchado otra cosa que Rolling In The Deep, Somebody That I Used To Know, My Immortal y canciones de ese ánimo. Convengamos que tu playlist no es precisamente lo que se dice “BOOM para arriba”. Y, sin embargo y a pesar de que la tristeza empaña tu mirada, no quieres escuchar algo diferente. Algunos dirán que eres una masoquista; la ciencia, por su parte, ha comprobado algo bien diferente.
No es masoquismo
Así lo demostró una investigación realizada en octubre del 2014 publicada en PLOS One. Se trata, más bien, de una forma de empatizar. Y tal empatía es, según lo comenta este estudio, una de las estrategias más efectivas para protagonizar una catarsis y a través de ella poder liberarnos de todos los sentimientos negativos.
Además, esta investigación arrojó un resultado que sorprendió mucho a quienes la llevaron a cabo: escuchar música triste no genera –vaya la redundancia– tristeza, sino nostalgia. Y este sentimiento agridulce ha develado ser muy útil para reflexionar sobre el pasado y hallarle un sentido.
Como ves, la música consigue lo imposible: hace que la tristeza no resulte en más tristeza, sino en transformación y bienestar. Entonces, ¡a por una vida más musical!
Fuente: iMujer