La mayoría de las decisiones sobre las rutas que utilizan son tomadas por propias las aerolíneas, pero están obligadas a evitar las zonas declaradas de exclusión aérea (generalmente designadas por estados, grupos de naciones u organismos internacionales, como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas).
En el caso del lugar donde cayó el MH17, había una zona de exclusión en vigencia, pero estaba establecida por debajo de los 9.754 metros y el avión viajaba a 10.058 metros.
También debe tenerse en cuenta lo que dicen los organismos nacionales de aviación, que pueden exigir a sus aerolíneas que eviten ciertos territorios. Por ejemplo, en abril la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos emitió lo que llama un Notam (notice to airmen, aviso a aviadores) que prohibía a aeronaves de Estados Unidos sobrevolar la región de Crimea en Ucrania y zonas cercanas del Mar Negro y el Mar de Azov. A partir de la caída del MH17 el organismo amplió el aviso a toda Ucrania.
Otros factores
La Autoridad de Aviación Civil de Reino Unido dice que las decisiones de las aerolíneas se basan además en otra serie de factores: recomendaciones de la Cancillería (británica, en Reino Unido), advertencias que surjan del área a recorrer, el tiempo, instrumentos de navegación, huelgas y qué aeropuertos están fuera de servicio. A pesar del conflicto en la zona, muchas aerolíneas venían sobrevolando la zona del este de Ucrania (por encima de la zona de exclusión y siempre y cuando sus autoridades nacionales no hubieran impuesto restricciones).
BBC MUNDO