Hasta hace unas cuantas décadas la gasolina (principalmente la que se vendía dentro de los Estados Unidos) solía venir con un aditivo que hoy en día se considera peligroso para el medio ambiente e incluso los vehículos: el plomo. ¿Pero por qué era usado el plomo si se sabe que es dañino? La respuesta a continuación.
Los problemas de la gasolina de bajo octanaje y el plomo
En los años veinte, especialmente en Norteamérica, la fiebre por conducir vehículos hizo que el número de usuarios con auto propio se disparara enormemente. La revolución automotriz había llegado para quedarse. Pero aún entonces manejar un vehículo estaba lejos de ser algo por completo seguro.
Esta inseguridad era causada en parte por el bajo octanaje que la gasolina de aquella época tenía. El octanaje es lo que indica el nivel de resistencia que tiene la gasolina para aguantar el golpeteo del motor –un traqueteo que se genera por la combustión prematura de combustible en uno de los cilindros del motor.
Como este traqueteo podía causar accidentes automovilísticos, resultaba imprescindible encontrar un aditivo barato que funcionara como antidetonante. Después de las pruebas básicas en laboratorios, el aditivo seleccionado fue el plomo tetraetilo.
Descontinuación de la gasolina con plomo
En la década de los 70, diferentes estudios llevaron a concluir que la gasolina con plomo resultaba dañina para el medio ambiente y que también para los vehículos, pues aceleraba su proceso de deterioro considerablemente.
Esto hizo que en 1973, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos interviniera, solicitando la eliminación gradual de la gasolina con plomo a lo largo del país.
¿Existe gasolina con plomo en la actualidad?
Sí. Pero su uso se ha limitado a circuitos de carreras pequeños. También se emplea en vuelos privados. Pero este combustible constituye una proporción minúscula en comparación con todas las opciones que existen actualmente.
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