La calma es algo que al parecer no hace parte de OpenAI. La compañía pionera en inteligencia artificial generativa vivió su primer revolcón a finales de 2023, cuando el CEO Sam Altman fue despedido repentinamente por la junta directiva de la compañía.
Esa situación generó varios movimientos entre despidos, renuncias y reintegros, que finalmente terminó con el regreso de Altman a su cargo tan solo unos días después de que fuera destituido. El regreso del CEO pudo evitar una crisis corporativa en OpenAI, pero no ha hecho más que demostrar una gran cantidad de desacuerdos al interior de la empresa.
OpenAI planea cambios polémicos
El sistema de gobernanza sobre la toma de decisiones ha sido ampliamente discutido al interior de esta compañía. Hace unos días se conoció que OpenAI planea renunciar a sus principios fundamentales al revisar por completo su estructura comercial para convertirse en una empresa con fines de lucro, lo que desató la salida de más ejecutivos.
Si bien desde el 2019 la compañía es “híbrida” al añadir un brazo con fines de lucro que le ha permitido recibir enormes cantidades de inversión, muchos de los ejecutivos han defendido su misión original de cuando se fundó, donde el desarrollo ético y el beneficio de toda la humanidad eran los pilares de la empresa.
Al convertirse en una compañía más tradicional, Sam Altman tendría aún más control, aunque también hará que OpenAI sea más atractiva para los inversores.
Elon Musk, quien figura como cofundador de la compañía, pulbicó en X un mensaje en el que asegura que «Sam Altman es Little Finger», comparándolo el villano de la serie televisiva Game of Thrones.
Una fuga de ejecutivos en OpenAI
El supuesto plan no ha sido muy bien visto por los ejecutivos de OpenAI, y esta semana comenzaron las renuncias. La directora de tecnología, Mira Murati; el vicepresidente de investigación, Barret Zoph; y el director de investigación, Bob McGrew, anunciaron que saldrán de OpenAI.
Esto ha agudizado la crisis interna. El escritor y columnista de tecnología en LA Times,Brian Merchant, aseguró en una publicación que “Hay un éxodo de ejecutivos de OpenAI, la compañía está quemando miles de millones al año, sus ofertas empresariales son ampliamente criticadas, Sam Altman parece pasar la mitad de su día haciendo podcasts, y todavía no hay un modelo de negocio probado. Esta empresa busca una valoración de 150.000 millones de dólares”.
Por su parte, Altman compartió una declaración en la que asegura que «los cambios de liderazgo son una parte natural de las empresas, especialmente de las empresas que crecen tan rápido y son tan exigentes”, y añadió: «Obviamente no voy a fingir que es natural que esto sea tan abrupto, pero no somos una empresa normal, y creo que las razones que Mira me explicó (nunca es un buen momento, cualquier cosa que no sea abrupta se habría filtrado, y ella quería hacer esto mientras OpenAI estaba en un auge) tienen sentido».
El pasado mes de mayo, justo un día después de la presentación de GPT-4o, Ilya Sutskever, cofundador y científico jefe de la compañía, renunció junto a su mano derecha, Jan Leike, cuando dirigían un equipo que buscaba la forma de mantener controlada y alineada una futura súper inteligencia artificial.
De acuerdo con Reuters, OpenAI avanza en su reestructuración de manera privada y se espera que pronto se realicen anuncios oficiales. Pero sin duda esto es una muestra más de la lucha de poder en junta ejecutiva de la empresa.
Por Sergio Ramos, editor en Social Geek, y contribuidor en Entrepreneur y Forbes en Español. Experto en temas de tecnología que disfruta aprendiendo sobre startups, emprendimiento e innovación.
ComputerHoy