En las personas la sonrisa es un gesto que implica amabilidad, cercanía e incluso confianza, pero en el reino animal el gesto de mostrarle los dientes a otro individuo puede tener una connotación por completo distinta. Descubre por qué enseñamos los dientes cuando sonreímos y cómo este gesto evolucionó en los humanos.
Lo que ocurre cuando un primate muestra los dientes
Los primates, nuestros primos evolutivos, también muestran los dientes, pero en su caso este gesto puede ser tanto un signo amistoso como de amenaza. Aprender a diferenciarlos no es tan complicado en realidad, o al menos esto es lo que piensa Frank MacAndrew, profesor de psicología de la Universidad de Knox.
Mac Andrew advierte que la postura de amenaza que los primates emplean, cuando buscan intimidar a un oponente en potencia, es con la boca abierta, los dientes separados y los labios plegados o recogidos. Se trata de un gesto que a todas luces transmite el mensaje de: “Cuidado, estoy a punto de morderte”.
Pero los primates también poseen otro gesto, muy similar a la sonrisa de los humanos, que se identifica porque el individuo muestra los dientes superiores e inferiores pegados, y mantiene los labios y los pómulos relajados. Esta postura de boca y dientes puede ser tomada como un gesto de sumisión.
Un gesto perfeccionado
Para el experto en psicología, lo que ocurrió durante nuestro proceso evolutivo, es que los humanos partimos de este incipiente gesto de amabilidad, y lo convertimos, al transformarlo en una sonrisa plena, en una señal de no beligerancia e incluso de confianza.
Se cree que este perfeccionamiento de la sonrisa se dio en algún momento entre el paso del homínido al hombre.
Sonrisas que no se olvidan
Un estudio realizado por el Centro de Neurociencias Cognitivas de la Universidad de Duke sacó a la luz, gracias a un estudio, otra explicación posible de por qué mostramos los dientes al sonreír.
En estudio consistió en mostrarle a un grupo de prueba, fotos de personas con sus respectivos nombres. Algunos de los sujetos de las fotos estaban sonriendo y otros no. Al finalizar el experimento fue claro que los observadores podían recordar más fácilmente los nombres de los modelos que sonreían.
Los científicos que llevaron a cabo el estudio encontraron que la corteza orbitofrontal y el hipocampo (órgano del cerebro que regula la memoria) de los sujetos de prueba mostraban mayor actividad durante la observación de las fotos con modelos sonrientes.
Tal parece que, durante la evolución humana, nuestro cerebro ha desarrollado la capacidad de hacernos recordar con mayor detalle a aquellas personas que nos muestran gestos de amabilidad, como una sonrisa.
Debido a que el ser humano es un ser sociable, no resulta entonces complicado entender por qué la sonrisa juega un papel tan importante dentro de nuestra comunicación. Ahora ya sabes por qué enseñamos los dientes cuando sonreímos.
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