¿Por qué en la noche nos ataca la ansiedad por comer?

¿Por qué en la noche nos ataca la ansiedad por comer?

Lo típico un domingo por la noche es estar acostado en cama o en algún sofá viendo películas… hasta que ‘despiertan’ esas ansias inmensas por comer algo, todo lo que se te ‘atraviese’.

 

¿Por qué ‘picamos’ mucho en la noche? Por «comodidad y aburrimiento», expresa la especialist en nutrición y fitness, Sascha Fitness, en su Instagram @saschafitness.

 

«Nada te da más confort que acurrucarte en el sofá con una buena bolsa de papitas o galletas, ¿no? ¿por qué pasa esto? La serotonina, que es la hormona del bienestar, tiene un importante efecto en nuestras ganas de comer carbos en la noche», explica Barboza.

 

Es un efecto de ‘dominó’ hormonal, «consumir carbohidratos eleva los niveles de serotonina que te hacen sentir muy bien. Luego, un poco más tarde, los niveles de serotonina bajan y el cerebro comienza a gritarte para que comas más carbos y azúcar para elevar de nuevo tus niveles de serotonina».

 

La serotonina es un neurotransmisor que participa en la transmisión de los impulsos nerviosos, «otra razón por la que provoca carbohidratos de noche es porque es la gasolina principal del cerebro. Si lo haces trabajar sobre la marcha por acostarte tarde, él te va a pedir su gasolina preferida».

 

Uno de los problemas con el consumo de carbohidratos en la noche tiene que ver con la insulina, «a medida que avanza el día, la insulina es menos sensible, segregas más de esta hormona frente a un carbohidrato y es más fácil que éstos se reserven como grasa. De noche estamos prácticamente sedentarios y utilizamos muy poca energía. Si unimos todo esto a una gran bolsa de papitas, a un plato de pasta, la combinación es la tormenta perfecta para formar poco a poco un tremendo rollito de grasa alrededor de tu abdomen».

 

Otro problema con los carbohidratos «es que son demasiado adictivos (…) Estamos genéticamente programados para ansiar carbohidratos y comida muy salada».

 

«Científicos que han estudiado el sentido del gusto creen que estamos genéticamente programados para inclinarnos a los sabores dulces, ellos son fuente de energía pura y rápida, cuando estamos cansados es lo que el cuerpo nos va a pedir. En la noche nuestro cerebro está agotado y nos provocan cosas saladas porque el sodio es esencial para el funcionamiento correcto de el sistema nervioso, la forma que el cuerpo tiene de pedirte un nutriente es elevando tu apetito y ansiedad».

 

¿Qué hacer con esta ansiedad?

 

Tienes que trabajar con disciplina, «asegúrate de consumir los carbohidratos temprano en el día, de no saltarte ninguna comida, y cenar con proteína y muchos vegetales, la fuerza de voluntad es clave para tener éxito».

 

La gelatina sin azúcar, entre 15 y 24 almendras o cualquier proteína servirá para calmar esa ansiedad y controlar tu alimentación nocturna.

 

PANORAMA

 

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