El color azul del cielo a fascinado por siglos a poetas y a pintores por igual. Su inmenso atractivo no aburre nunca al ojo, y por esto hoy nos dedicaremos a darle una respuesta a la pregunta de por qué el cielo es azul.
La explicación científica
Lo primero que hay que saber es que el cielo parece ser azul debido a la manera en que la atmósfera interactúa con los rayos del sol.
La luz blanca, como la emitida por el sol, está compuesta por diferentes tonos de luz, cada uno con su propia longitud de onda correspondiente.
Cuando esta luz choca con materia pueden ocurrir varios efectos debido al cambio de velocidad, a medida que viaja de un medio (aire) a otro (agua).
Asimismo, los prismas (de la materia) descomponen la luz blanca en sus colores constituyentes. Así es cómo el color azul del cielo se forma.
Fenómeno de dispersión de Rayleigh
El color azul del cielo se debe a un fenómeno denominado dispersión de Rayleigh, que se refiere a la dispersión selectiva de la luz por partículas, cuyo tamaño es menor que un décimo de la longitud de onda de la luz.
Esto ocurre con mayor frecuencia cuando la luz viaja por gases (aunque también sucede con sólidos y líquidos transparentes).
La dispersión de Rayleigh depende en su mayoría de la longitud de onda de la luz; siendo la luz con menor longitud de onda la más dispersa.
En la atmósfera baja, las pequeñas moléculas de oxígeno y nitrógeno dispersan la luz de onda corta, como la correspondiente a la luz azul y violeta.
Si bien las partículas atmosféricas dispersan la luz violeta más que la azul (de 450 nanómetros), el cielo se ve azul porque nuestros ojos son más sensibles a la luz azul.
Y, por otro lado, la luz violeta es absorbida en la atmósfera superior, dificultando así su percepción por el ojo humano.
¿Y qué pasa con el color del cielo al atardecer?
James Webb, profesor de Astronomía de la Universidad Internacional de Florida, da más detalles al respecto.
Para el académico, el cielo es azul porque cuando la luz del sol entra por la atmósfera terrestre, compuesta mayormente por oxígeno, hidrógeno y otros elementos, la luz azul se esparce de manera más eficiente que la luz roja o amarilla.
De modo que esa luz es la que queda dispersa, podríamos decir de modo «más efectivo», alrededor de las partículas de la atmósfera.
Dicha dispersión empeora a medida que el sol se oculta durante el atardecer. En este caso el cielo no se ve azul porque esta luz atraviesa por más atmósfera, y se dispersa en gran medida, haciendo así que solo la luz roja pueda pasar.
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