El colapso del puente de Boca de Uchire mientras Maduro solicitaba en la Asamblea Nacional una “Ley Habilitante” para centralizar más y más poder, es un anticipo de hacía donde se dirigirá Venezuela si sus habitantes no ponen fin al sistema político y económico más depredador que conoce la historia: el socialismo. Y cuya característica fundamental es no producir riqueza mientras destruye la que existe e instaura la dictadura de un solo jefe y un solo partido, que se imponen a fuerza de repartir represión y unos pocos mendrugos para someter a los que padecen hambre.
Reinar sobre millones de depauperados que gimen porque hoy, mañana y siempre se les dé lo elemental para sobrevivir y en paisajes desolados por la ruina de puentes como los de Cúpira y Boca de Uchire, fue una experiencia que vivieron los rusos durante la época de la URSS, los chinos de los tiempos de Mao, y los europeos de Europa del Este que destruyeron semejante esperpento y hoy prosperan bajo el sistema de economía de mercado y competitividad que también se conoce como democracia social.
En otras palabras: que de aquel horror solo perviven dos países como muestras antropológicas que la historia ha dejado frente a los hombres como experiencias a las que no deben aproximarse: Cuba y Corea del Norte.
Pues bien, aunque ya es una pesadilla escribirlo, es hacia donde nos llevan Maduro y sus socialistas, incapaces de admitir que Venezuela es cada vez menos una comunidad productividad, para convertirse en una suerte de ranchería rentista que solo vive del ingreso petrolero, en tanto sus fértiles tierras se vuelven rastrojos y sus industrias chatarra.
Fuente: EDC