Charles Manson fue el líder de un culto y el cabecilla detrás del asesinato de nueve personas, entre las que se encontraba la actriz Sharon Tate. La década de los 60, marcada por el flower power y el amor a la paz, tuvo un capítulo muy oscuro con los crímenes de la «Familia», el nombre de los miembros del culto.
Pero hay quienes se sintieron atraídas por esta oscuridad. Fue el caso, por ejemplo, de la prometida que tuvo Manson mientras estaba en prisión. Se trataba de una chica de 27 años, Afton Elaine Burton, que creía que él era el «hombre más apuesto del mundo».
En esta última afirmación se esconde un problema muy complejo del que es valioso ser conscientes. Lo cierto es que puede haber muchos factores en juego en esta atracción que para muchos de nosotros, en un principio, es incomprensible.
Las causas de esta atracción fatal
Se le denomina «hibristofilia» a la atracción sexual hacia las personas que han cometido un crimen violento, como una violación, un asesinato, o un robo armado. Según la psicóloga forense Katherine Ramsland, pueden haber tres grandes motivaciones detrás de esta atracción:
Complejo de salvadora. Algunas mujeres, según explicó Ramsland a la BBC, creen que pueden usar su amor para cambiar a estos hombres y redimirlos.
Compasión. A algunas de ellas se les despierta el instinto maternal al ver a estos hombres y sienten la necesidad de protegerlos.
Infama. Una minoría de ellas busca relacionarse con asesinos para conseguir algo de fama o dinero, como la exprometida de Manson.
Por otro lado, quienes establecen una relación con quien ha cometido crímenes también pueden buscar poder y seguridad. Las mujeres con hibristofilia suelen tener historiales de abuso y relaciones violentas, por lo que tener un novio entre rejas le puede dar el control sobre la relación, pero sin el riesgo de estar con un hombre peligroso. Según Ramsland, para una mujer con hibistrofilia una pareja en prisión es un «novio perfecto» porque:
«Ella sabe donde está todo el tiempo y sabe que está pensando en ella. Puede decir que alguien la ama, pero no tiene que lidiar con los problemas del día a día de la mayoría de las relaciones. No hay que lavar la ropa, ni cocinar, ni dar explicaciones. Puede mantener la relación viva por mucho tiempo».
Por último, también puede haber un componente biológico: estas mujeres se pueden sentir atraídas hacia personas que hayan cometido crímenes porque, inconscientemente, relacionan la violencia con la virilidad y creen que puede protegerlas a ellas y a sus hijos.
Sea cual sea la respuesta, el sexólogo Michael Aaron advierte que reprimir esas fantasías no es la mejor opción, sino que las mujeres que sienten este tipo de atracciones deberían acudir a un profesional que las ayude a entender por qué se sienten así y qué pueden hacer para remediarlo.
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