El título honorífico de Cavaliere le fue concedido a Silvio Berlusconi por el presidente de la República Giovanni Leone el 2 de junio de junio de 1977 por su actividad inmobiliaria. Actualmente son 25 los Caballeros nombrados cada año por el presidente de la República. La posesión del título es sin embargo objeto de polémica tras las sentencias judiciales que pesan sobre el ex primer ministro italiano, conocido popularmente como «Il Cavaliere».
«Silvio Berlusconi debe ser expulsado de La Federación Nacional de los Caballeros del Trabajo por indignidad». Así lo ha exigido el conde Pietro Marzotto, un conocido industrial de 76 años, que al igual que Berlusconi pertenece a esta Orden al «Mérito del Trabajo», fundada en el 1901 por el rey Vittorio Emanuele III y que cuenta en la actualidad con 530 miembros.
Para dar mayor fuerza a su petición, «Il Cavaliere» Pietro Marzotto, exvicepresidente de Confindustrai, se ha auto suspendido de esa institución hasta que el exprimer ministro sea expulsado. Se recrudece así el asalto a Silvio Berlusconi, para que al igual que fue expulsado del Senado en noviembre, a causa de su condena definitiva por el Tribunal Supremo por un delito de fraude fiscal, le sea retirado también ese título honorífico.
Procedimiento para revocar el título
Los industriales que pertenecen a esta Orden representan la élite empresarial italiana. «Cavaliere» es el título que premia no solo una específica actividad industrial, sino que lo vincula a un «compromiso ético y social dirigido a la mejora de las condiciones de vida y de trabajo en el país». Entre los requisitos que se piden están los de mantener «una ejemplar conducta civil y social» y «haber cumplido con las obligaciones tributarias». Precisamente, por esa referencia a los valores éticos y la condena de Berlusconi por fraude fiscal, el partido Izquierda, Ecología y Libertad (SEL) presionó al gobierno y al presidente de la República para que Berlusconi fuera despojado del título.
El procedimiento para revocar tal honorificencia es que haya una iniciativa en ese sentido por parte del Consejo Nacional de los Caballeros del Trabajo, que por ley preside el ministro del Desarrollo Económico, Flavio Zanonato. Si el Consejo aprueba la expulsión de Berlusconi, la propuesta debe ser posteriormente ratificada por un decreto del presidente de la República.
Se impone la cautela y la prudencia
Por el momento, la asociación de los caballeros no ha dado ninguna respuesta al conde Marzotto, ni su ejemplo ha sido seguido por algún otro miembro. Nunca se ha distinguido la asociación por la rapidez en adoptar decisiones. Por ejemplo, la última vez que fue expulsado un «cavaliere» se trató de Calisto Tanzi, el 2010, siete años después del crack de la Parmalat.
En definitiva, a Silvio Berlusconi se le debería quitar el título de «Cavaliere», atendiendo a los principios de su asociación, pero no será fácil. Se impone la cautela y la prudencia en el caso del exprimer ministro. Todavía cuenta con mucho poder y con el 20 por 100 de los votos de los italianos. Berlusconi, «Il Cavaliere» por antonomasia, se batirá para no perder el título que lo ha hecho famoso en todo el mundo.
Fuente ABC
