Al momento de dar inicio una relación, pareciera y quisiéremos que todo durará para siempre. Al principio hay comprensión, dulzura de por medio, y hasta un grado de esfuerzo porque todo marche por buen camino. Sin embargo, por desgracia no todas las historias de amor tienen el final feliz que siempre se espera, pues muchas veces el tiempo en sí, la rutina y los problemas se encargan de desgastar el lazo que une a dos personas, haciendo que las mismas terminen dejándose. Por eso es importante siempre mantener esa llama encendida.
Varios son los motivos por los que una relación puede llegar a su fin. Claro, lo normal en ese caso sería que cuando las cosas ya no funcionen, se separen y cada uno siga su camino. Pero ¿qué sucede cuando no se separan pero tampoco son felices? Sin duda eso es algo que suele verse mucho hoy día, y aunque parezca extraño tiene un por qué. Primero debes saber que decir “adiós” no es fácil, pues en muchos casos hay que analizar una serie de cosas, y son precisamente esas cosas las que no dejan a una persona separase y seguir su camino.
A continuación te contaremos cuáles son algunos motivos por los cuales una persona no puede terminar una relación donde no es feliz:
1. Temor a terminar sola
Generalmente este miedo se manifiesta en personas que han estado ya mucho tiempo con su pareja, o peor aún, en personas que tienen muy baja autoestima. Por eso, cuando alguna de tus amigas se queja de su soltería o incluso ves que está deprimida por estar sola, tú simplemente optas por seguir con tu pareja a pesar de que ya no seas feliz, todo por el simple hecho de que consideras mejor eso a estar sin alguien.
A muchas personas les asusta un poco la idea de quedarse sin su pareja, aquella con la que han pasado tanto tiempo. Lo primero que se les cruza por la cabeza es que no volverán a encontrar una persona que las valore o que nadie, absolutamente nadie se fije en ellas por el resto de sus vidas. Sin embargo, no todo es de la forma que se piensa, tal vez todo sea más costumbre que otra cosa. Por eso es importante animarse y vencer ese miedo.
2. Te asusta ponerle fin a la relación
Han pasado muchas cosas juntos, momentos malos y otros que fueron maravillosos, pues cada uno de esos detalles hicieron creerte que tu pareja en verdad era tu alma gemela. Pero cuando la relación comenzó a entrar en crisis, tampoco te has animado a ponerle fin a todo eso. Si quieres puedes llamarlo orgullo, pero lo más probable es que se trate de un temor a terminar con tu pareja.
Este hecho puede ser similar a lo que ya hemos mencionado más arriba, pero en este caso lo que te produce terror es que, al ponerle fin a un romance que duró demasiado tiempo, significaría en pocas palabras echar a la basura todos aquellos momentos que vivieron juntos. Por eso, lo aguantas con la esperanza de que todo vuelva a ser como antes y encuentren nuevamente la felicidad.
3. Temor a lo que pueda decir el resto
Cuando la relación se ha vuelto duradera, es muy difícil escaparse de la vista de muchas personas. Sin embargo, cuando comienzan a haber tropiezos y el amor, por uno u otro motivo se va apagando, te pones a analizar si sea el camino correcto dar el paso al costado o seguir engañando a las personas, demostrando que todo está bien cuando en realidad no lo está.
Si estuvieron juntos durante varios años, tal vez no quieras dejar a tu pareja porque te preocupa lo que la gente puede decir de ti sobre el fin de ese vínculo. En algunos casos las personas pueden hablar a tu espalda, en cambio, en otros casos tienes que pasarte dando explicaciones a todos lo que se acercan a preguntar por qué lo hiciste. Pero descuida, que eso será solamente por un tiempo, así que si tienes que hacerlo, no dudes.
4. Dependencia en la parte económica
Sin duda este es uno de los motivos que principalmente hace que muchas mujeres desistan a la hora de alejarse de su pareja. No todas cuentan con la independencia económica para seguir adelante solas, incluso si hay un hijo de por medio, la situación se vuelve mucho más complicada.
Si tu caso es la de estar viviendo con tu pareja, normalmente se dividen las responsabilidades, es decir, tú puedes ser quien se encargue de las tareas domésticas y tu pareja lo hace de los gastos de la casa. Sin embargo, separarte de tu pareja implicaría que debas hacer frente a los gastos en la casa, pues eso es algo que puede asustarte un poco, ya que muchas mujeres no están acostumbradas a eso.
No tengas miedo de decir adiós a la persona que ya no te hace feliz. Debes saber que eres capaz de sobresalir sola y que al principio puede dolerte un poco, pero luego verás que las heridas sanarán y podrás encontrar la felicidad.
Fuente: Enamorando.me