El oficial de la Policía Nacional Bolivariana Claudio José Medina Hinojosa, de 29 años, estaba suspendido del organismo desde finales del año pasado. Para mantener a su familia y pagar sus estudios de administración, se dedicó a trabajar como mototaxista hasta que le tocara reintegrarse a sus labores oficiales.
La noche del lunes lo mataron dentro de su vivienda, ubicada en el sector La Invasión Mil Cerámicas de Ruiz Pineda.
Sujetos armados ingresaron al inmueble y le dispararon en el rostro una sola vez.
Sus familiares manifestaron que murió en la sala de la casa, pero igual levantaron el cuerpo y lo trasladaron hasta el hospital Pérez Carreño.
Los parientes dijeron no haberle conocido enemigos o que haya tenido problemas con alguien. Sin embargo, no descartan que hayan ido a matarlo por venganza.
Esa misma tesis la manejan los funcionarios policiales y compañeros, quienes acudieron a la morgue de Bello Monte, la mañana de ayer.
No saben si algún hampón le juró venganza luego de un procedimiento policial que hizo. Tampoco saben si la causa fue alguna diferencia con un cliente de su mototaxi.
Lo cierto es que los maleantes ingresaron a la casa cuando la esposa salió a buscar una ropa que había mandado a lavar. Al parecer, los sujetos estaban esperando el momento preciso para sorprenderlo.
Incluso, ese día durante toda la mañana estuvo haciendo diligencias con su mujer.
Apenas llegaron a su casa y ella salió de nuevo, él se puso a cocinar. En ese momento lo atacaron a tiros.
Estaba adscrito a la Brigada de Vías Rápidas, y lo habían suspendido porque peleó con un hombre y le impusieron una medida disciplinaria. Eso dijeron sus familiares.
Hasta la fecha, la cifra de funcionarios asesinados en la Gran Caracas aumentó a 53, según estadísticas extraoficiales.
Cadáver robado
En otro caso, familiares de Luis Ernesto Berbesí, de 29 años, además de denunciar su homicidio ocurrido el martes 12 de mayo, dijeron que en el hospital Pérez Carreño, donde falleció producto de recibir cuatro impactos de bala, lo despojaron de un tutor externo que tenía en la pierna derecha. «El cadáver llegó a la morgue sin el aparato. Nadie responde por eso en el hospital», dijo la hermana del fallecido, Maryoli Berbesí.
Dijo que el tutor les costó Bs 140 mil y tuvieron que vender varios enseres para comprarlo. «Ahora que lo mataron, le robaron ese aparato. Esto es una aberración», denunció la mujer.
DEIVIS RAMÍREZ MIRANDA | EL UNIVERSAL