Las autoridades de Cuba reformularon un programa gubernamental anunciado el jueves pasado para que los ciudadanos puedan comprar ollas de presión, arroceras y cocinas eléctricas, y añadieron que tendrán hasta 10 años para pagar los préstamos.
Según un artículo de la cadena Américateve de Miami, la extensión del plazo parece responder a que muchos cubanos aún no han abonado préstamos anteriores para comprar refrigeradores, televisores y equipos de cocina. Pero incluso los morosos pueden acceder a nuevos créditos.
Un hecho cotidiano en muchas casas cubanas es que las ollas de presión exploten por la mala calidad de las que se venden en la Isla. Aún es pronto para saber si esas detonaciones seguirán ocurriendo en Cuba con la reciente medida del régimen de otorgar préstamos bancarios en las dos monedas oficiales.
La preocupación del Gobierno con el ineficiente equipo de cocina viene desde 2005. El 8 de marzo de aquel año, Fidel Castro prometió ollas arroceras chinas subsidiadas para los cubanos y hasta intentó dar una clase de cómo cocinar arroz vietnamita.
El economista cubano Jesús Marzo Fernández califica de ridícula y complicada esta medida de otorgar préstamos para equipos que, en su mayoría, no pasan de los 100 dólares.
La polémica surgió el jueves pasado, cuando el diario oficialista Granma publicó una de las reformas de Raúl Castro. «Se podrán comprar en las tiendas comercializadoras en CUC (peso convertible, igual al dólar) ollas de presión eléctricas, arroceras y de presión convencional; así como las cocinas eléctricas de inducción y su menaje».
«Las tiendas de la red de comercio minorista comenzarán, en 2014, a vender cocinas de inducción de una hornilla con su menaje incluido, que estará compuesto por un juego de cuatro piezas, en el cual se incluyen una cacerola con tapa, un sartén, un jarro y una cafetera», agregaba el comunicado, según recogió La Razón.
Tras una crisis de generación eléctrica, en 2004 el entonces presidente Fidel Castro emprendió el programa Revolución Energética, que cambió la iluminación por focos ahorradores y otorgó, a precios subsidiados, pequeñas cocinas y ollas eléctricas. Diez años después, muchos de esos equipos no cuentan con piezas de repuesto o vencieron su vida útil, lo que provocó un grave problema, tratado en el Parlamento.
Fuente: Infobae