Brigitte Duarte estuvo en la morgue de Bello Monte desde el viernes pasado hasta ayer cuando le entregaron el cadáver del segundo de sus tres hijos. Wilderland Isaac Duarte, de 17 años de edad, murió a tiros en una casa, junto a otros dos jóvenes. Uno de ellos fue identificado como Luis Méndez, de 25 años; el otro no fue identificado. El hecho ocurrió en el sector La 23 de El Guarataro.
Duarte refirió que el suceso ocurrió entre las 3:00 pm y 4:00 pm. Explicó que su hijo salió de su casa con un balón para jugar baloncesto, pero en la vía se encontró a Méndez, quien le pidió que lo ayudara a llevar al otro joven a su casa porque estaba herido en una pierna.
Duarte aceptó y fue hasta la casa de Méndez con el herido y le pusieron un torniquete en la lesión.
Después tocaron a la puerta y cuando uno de ellos abrió, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana dispararon al interior de la vivienda. Mataron a los tres jóvenes. Luego llevaron los cadáveres al Hospital de Catia.
Testigos dijeron a los familiares que no hubo enfrentamiento porque desde la calle vieron todo. La PNB había mantenido un enfrentamiento con unos hombres en la parte alta de El Guarataro y luego bajaron en busca del herido.
Duarte dijo que agotará todos los recursos para que se haga justicia porque su hijo no era delincuente. Agregó que el adolescente trabajaba con ella en la venta de plátanos, huevos y otros productos; además, estudiaba segundo año por parasistema.
El joven era jugador de baloncesto con un equipo de la parroquia San Juan. Fue condecorado con la Orden Juan Francisco de León en su segunda clase.
Duarte dijo que el sábado pasado fue a declarar al Cicpc y cuando estaba respondiendo las preguntas al funcionario que la entrevistaba, el detective Luigi Solórzano la insultó. Le decía: «Vieja maldita, te voy a reventar». Se le acercó e hizo gestos de que la golpearía.
Otros funcionarios que estaban de guardia en esa área jugaban con una pistola de balines y uno le pegó en la cabeza.
En Cúa. La familia de Yenderson Ocapo, de 22 años de edad, que laboraba con un tío, murió por una herida de escopeta que le hicieron en el intercostal izquierdo en el sector La Aldea, de Cúa, Miranda. Había salido de su casa en El Portachuelo en una moto Jaguar roja que le prestaron para visitar a una amiga.
Al llegar al sitio fue interceptado por hombres que le dieron el disparo de escopeta. Lo llevaron a un CDI, pero no lo atendieron, puesto que ni siquiera había gasas. La familia tuvo que comprar ese insumo. Luego lo trasladaron al hospital Osío, donde tampoco lo auxiliaron, pues no había médicos ni ambulancia.
Los familiares pagaron 30.000 bolívares a una ambulancia particular que no podía ir rápidamente, debido a que tenía muchos años de uso. Lo llevaron al Hospital de Coche, donde los médicos dijeron que pudo haberse salvado, pero pasó muchas horas sin atención.
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