De acuerdo a lo que indicaron funcionarios del Cicpc, el cadáver del oficial de la Policía Nacional Bolivariana, Jimmy Carrillo, miembro de la División Táctica, que falleció la mañana del 23 de mayo en el siniestro del helicóptero en El Junquito, tenía una bala alojada en la cabeza.
El proyectil lo consiguieron durante la autopsia y, según explicó la fuente del Cicpc, se debió a que luego de que se incendiaran los restos de la aeronave, muchos proyectiles se dispararon por un proceso de combustión.
Después de la caída del helicóptero, donde además fallecieron otros cuatro efectivos, incluyendo a Wilay Mora, única mujer piloto civil del país, se escucharon varias detonaciones.
Por ello, se creyó al principio que los efectivos habían recibido disparos durante el operativo de persecución que hacían a unos secuestradores que se internaron en la montaña.
«Este tipo de situaciones no son comunes. Lo que se ha determinado en este caso es que los funcionarios murieron producto del impacto, al caer de una altura de más de cien metros. Luego el incendio afectó los cuerpos», detalló un funcionario del Cicpc. En relación a la bala, dijo que todas las que estaban fuera de las armas detonaron por el incendio.
Fuente: EU