¡Play Ball!

La pelota profesional comienza hoy. Es una temporada especial por dos razones: la liga de beisbol celebra 80 años de fundada y este torneo se jugará en homenaje a una de las grandes estrellas venezolanas, David Concepción, El Rey, el enorme campocorto, en tamaño y en calidad, figura de los Tigres de Aragua y de los Rojos de Cincinnati, con el que ganó series mundiales (1975 y 1976) y sus cinco guantes de oro. Además, convirtió el número 13 de su uniforme en sello distintivo de los venezolanos en las Grandes Ligas.

Los Tigres, precisamente, disputan el primer partido de esta campaña beisbolera visitando en Barquisimeto a los campeones vigentes, los Cardenales de Lara. La liga, hoy conocida como Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), se creó a finales del año 1945 y en enero del año siguiente comenzó la disputa de su primer campeonato con tan solo 4 equipos, 2 de ellos, Magallanes y Caracas, son parte de las 8 divisas actuales. Ambos, los más ganadores: Leones de la capital con 21 títulos y su rival tradicional con sede en Valencia con 13.

El beisbol es el pasatiempo preferido de los venezolanos. Su particular jerga sazona el habla nacional y esas expresiones resumen con muy pocas palabras situaciones de la vida diaria: salí ponchao, estoy out o me agarraron fuera de base, entre otras muchas, sirven de conexión jocosa entre nosotros para aliviar los sinsabores y saber, que como en el juego, siempre habrá una segunda oportunidad, en el trabajo, en el amor y en la amistad.

Ir a jugar pelota indica sin duda que lo que se juega es beisbol, aunque muchos otros deportes giren alrededor de una pelota. Deporte enrevesado, con infinidad de reglas que, sin embargo, cautiva incluso a los inmigrantes que por décadas arribaron a nuestro país y se hicieron fanáticos de uno u otro club y aprendieron a leer los numeritos y entender lo que pasó en el partido sin necesidad de echarle un ojo a la crónica, aunque el periodismo deportivo del país ha ofrecido excelsos contadores de la pelota y narradores, sobre todo radiales, que hacían, y hacen, vibrar a sus escuchas como si estuvieran en uno de los bancos del estadio.

De este campeonato y de esta liga han salido nombres que, ya retirados del juego, están vivos en la memoria del aficionado, por la alegría que produjeron con sus batazos o jugadas de fildeo que decidieron un juego crucial: de Alfonso Carrasquel a Omar Vizquel, en esa saga de campocortos que con Luis Aparicio al frente deslumbró aquí, en el Caribe y en los campos de beisbol de Estados Unidos. Y luego vinieron los jonroneros, con Antonio Armas, con Andrés Galarraga, Cabrera, y los lanzadores fuera de serie como Johan Santana y Félix Hernández. Y aquellos que, como Vitico Davalillo y César Tovar, simbolizaron una particular manera de jugar a la pelota, que mezcla sapiencia, intuición y viveza para dar un hit o robarse una base como si nada, con la soltura típica de los venezolanos para encarar la vida y los desafíos.

En la actualidad son cerca de un centenar de jugadores nacidos aquí que destacan en la liga mayor de Estados Unidos. Tierra de peloteros, de bate, guante y desenvoltura. ¡Qué viva el beisbol!

 

David Concepcion13

 

 

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