La necesidad de cambiar el modelo económico y político del país, la eliminación de los controles gubernamentales, devolver las propiedades expropiadas, solicitar ayuda internacional para fortalecer las reservas y el combate a la inflación fueron algunos de los puntos de coincidencia de los ponentes participantes en el foro “¿Cómo salir de la crisis? Desafíos para la economía del país”, organizado por Cedice Libertad, el Instituto de Economía Aplicada y LSE Alumni Association.
En este sentido, Oscar Meza, director del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas) planteó la alternativa de dolarizar la economía como una salida a la pérdida del poder adquisitivo experimentada por los venezolanos en los últimos años.
En su opinión se debe establecer un esquema en el cual, tanto los trabajadores activos como los pensionados, “tengamos la libertad de exigir nuestros ingresos en dólares, porque es la única manera de hacer frente a unos precios dolarizados pues con un salario mínimo que equivale a menos de los $10 estamos por debajo de Cuba donde es $12”.
Considera que políticas gubernamentales como los CLAP no constituyen soluciones efectivas porque solo beneficia a un promedio de 15% de la población y no incluye todos los productos requeridos, además de ser insuficiente para un promedio de dos meses.
Informó que los resultados de la variación de precios de las canastas alimentaria y básica correspondientes al mes de julio revelan que la primera se ubicó en Bs 1.443.634,25 en tanto que, la segunda promedió Bs 2.043.830 razón por la cual la mayoría de los venezolanos no poseen ingresos para cubrir ni siquiera el 10% de sus necesidades.
Destacó que para adquirir la canasta alimentaria se requiere devengar diariamente un ingreso superior a los Bs 48 mil y para cubrirla en su totalidad el equivalente a 14,1 salarios mínimos mensuales lo que se traduce en 5,8 ingresos mínimos, es decir, incorporando el ticket alimentación.
En el caso de la canasta básica conformada por alimentos, servicios, servicios públicos indispensables, educación pública y salud resaltó que se necesitan 21 salarios mínimos que representan Bs 68.102 diarios y en términos de ingresos mínimos legales 8.2.
Partiendo de estas premisas afirma que con el salario mínimo actual de Bs 97.532 mensuales solo se puede adquirir 6,8% de los alimentos por lo que existe un déficit de 93,2%, es decir, “se pulverizó el salario mínimo…y estamos asistiendo a un proceso de hiperinflación”, enfatiza.
En cuanto a las estimaciones para final de año proyectan que la canasta alimentaria se ubique por lo menos en Bs 3 millones y la básica en Bs 4 millones en tanto que, el salario mínimo probablemente supere la barrera de los 100 mil que habían previsto inicialmente, dado que avizoran que se registrarán en lo que resta del año 2 ó 3 aumentos adicionales.
Enfatizó que hasta julio el aumento del salario mínimo registró un alza promedio de 280%, razón por la cual sostiene que el Gobierno estaría reconociendo una inflación mayor a dicho porcentaje.
Por su parte, el economista y profesor del IESA José Manuel Puente, coincide con sus colegas con que el panorama es poco alentador.
Entre las acciones que delineó se deben tomar figuran desmontar el control de precios y cambio e ir a un esquema de cambio único, buscar financiamiento internacional –porque Venezuela actualmente cuenta con las reservas internacionales más bajas de los últimos 15 años– e instrumentar un programa de subsidios directos a la población para ayudarlos a superar esta coyuntura. Afirmó que “ha llegado la hora que los economistas y los políticos le hablen claro a la sociedad. En una primera etapa será muy duro, pero en la segunda recogeremos la cosecha
EU
Por Confirmado: Gabriella Garcés